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El Rey departe con Pere Aragonès, a su llegada a las jornadas del Círculo de Economía. efe / EP

Un saludo 'in extremis' entre el Rey y Aragonès rebaja la tensión

Felipe VI esquiva las referencias políticas, mientras el president urge a Sánchez a abrir la fase de negociación

cRISTIAN rEINO

Barcelona

Miércoles, 16 de junio 2021, 17:25

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Fue breve, apenas dos minutos. Pero al final, y gracias a un encuentro sacado de la chistera, se produjo aquello que los independentistas no querían. El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, saludó este miércoles al rey Felipe VI en Barcelona. Fue en el marco de las jornadas organizadas por el Círculo de Economía. Aragonès ya confirmó el martes que no acudiría a la cena que esta entidad empresarial programó para inaugurar las conferencias de este año y que contaron con la asistencia de don Felipe y del presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, de visita oficial en España.

El encuentro se produjo en una reunión previa a la cena que no figuraba en el programa oficial. Se saludaron «fríamente», según fuentes del Govern. El Rey le presentó al presidente surcoreano y luego invitó a las autoridades presentes a hacerse una foto. Aragonès no fue a recibir al jefe del Estado a la puerta del hotel, pero le saludó en el interior y se fotografiaron juntos. Todo calculado al milímetro y escudriñado con lupa. Fuentes del Govern no descartan un nuevo encuentro entre el Rey y Aragonès dentro de semana y media en la apertura del Mobile World Congress.

Quien representó a la Generalitat en la cena del Círculo de Economía, participación que provocó un choque dentro del Ejecutivo autonómico, fue la consejera de Presidencia después de que el presidente delegara en el vicepresidente y este se negara a compartir mesa y mantel con el jefe del Estado.

Felipe VI esquivó en su discurso las referencias políticas sobre Cataluña, la unidad de España o la polémica a cuenta de los indultos que deberá sancionar. «Es desde la confluencia y la colaboración de estos tres vértices –el empresarial, el económico y el político– desde donde podremos abordar con las mayores posibilidades de éxito la gran empresa colectiva que tenemos por delante», señaló en un discurso de marcado acento económico, donde hizo guiños al presidente coreano y a los empresarios catalanes. Destacó la defensa que hace el Círculo de Economía por el «papel que han de ejercer Barcelona y Cataluña en toda España y en el resto de Europa».

Fuentes del Govern admiten el cambio de criterio respecto a la etapa de Quim Torra. La consigna ahora es participar en todos los foros que tengan interés para Cataluña, esté o no el Rey. Así, Aragonès decidió no acudir a un acto con Felipe VI y Pedro Sánchez en la factoría de Seat y tampoco estará mañana en el cierre de las jornadas del Círculo con Sánchez y el primer ministro italiano, Mario Draghi. Ese día_viajará a Bruselas a reunirse con Carles Puigdemont.

La Generalitat mantiene aún la inercia de gestos hacia su parroquia más radical, que reclama el veto absoluto al Rey. No obstante, apenas un centenar de personas se manifestó cerca del hotel donde se celebran las jornadas. Quemaron fotos y profirieron consignas contra la monarquía.

El presidente de la Generalitat suavizó el veto al Rey y también se mostró más templado en sus reivindicaciones políticas. Ante lo más granado del empresariado catalán y español (tras su conferencia intervinieron los presidentes del Santander, Telefónica e Inditex), instó al presidente del Gobierno a no tener miedo de abrir una etapa de negociación para la resolución del conflicto catalán, en la que cada una de las partes pueda confrontar su propuesta.

La suya, reiteró, pasa por la amnistía y la autodeterminación. «Será difícil», vaticinó. Pero a su juicio, en las próximas semanas, ya sea con los indultos y en la primera reunión con Sánchez en la Moncloa, podrá comprobarse si existe voluntad para avanzar hacia una salida al conflicto político. «Quiero una solución que sea ratificada por la ciudadanía», dijo, sin citar en un primer momento un referéndum. «Quiero defender una solución basada en la autodeterminación y la amnistía», añadió.

Regreso a Pedralbes

Aragonès situó el punto de partida de la negociación en la declaración de Pedralbes que suscribieron el Gobierno y la Generalitat en 2018, y en la que ambas partes reconocían la existencia de un conflicto. Aragonès pidió además el traspaso a la Generalitat del aeropuerto de Barcelona, el puerto y la zona franca y corregir el déficit fiscal.

Mientras, los empresarios llamaron al diálogo y a la concordia, denunciaron que Cataluña lleva diez años de parálisis –los mismos desde que Artur Mas lanzó el 'procés'– avalaron los indultos y reclamaron a Aragonès «realismo», «pragmatismo» y dejarse de «hitos épicos».

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