«Dejen de engañar, una Cataluña independiente no tendría apoyo en la UE»

Borrell expresó más reproches: «¿Cuántas veces hay que repetir lo mismo, cuántas veces tienen las autoridades europeas que decir que un nuevo Estado deja automáticamente de ser parte de la Unión Europea?», se preguntó en relación a la recién presentada Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República, un texto que quiere ser referencial para el 'proceso de desconexión', un texto que han armado Junts pel Sí y la CUP, y que quieren aplicar en caso de que, el 1 de octubre, en el referéndum, el resultado sea un sí a la independencia. Borrell les reclama a las fuerzas independentistas «que dejen de engañar ya a la gente». Cataluña, dijo, «no tendría ningún apoyo internacional» en caso de declararse independiente, tampoco precisó, en la UE.

Borrell también lamentó la forma en que transcurrió la manifestación del pasado sábado en Barcelona contra el terrorismo y los atentados en las Ramblas y Cambrils. Le parece «completamente inaceptable» el hecho de que una parte de los manifestantes -«una minoría que se hizo notar»- quisieran convertir la marcha en «una manifestación en favor de la independencia». A Borrell le produjo «vergüenza ajena» que las diferencias y las reivindicaciones afloraran de forma explícita. Lo resumió así: «Fueron a lo suyo, convirtieron aquello en una manifestación de sus puntos de vista, sus objetivos y criterios, olvidando que todavía los muertos estaban por enterrar».

Para afrontar el terrorismo, propone «más unión, cooperación, solidaridad, más esfuerzos conjuntos». Borrell señaló pequeñas medidas, como «poner barreras en los sitios donde hay grandes confluencias de público», y estrategias de conjunto, como «revisar» la relación con países del Golfo como Arabia Saudí. «Desde la gran geopolítica hasta la pequeña acción, de la gran macro a la pequeña micro, hay que actuar sobre todos los frentes. Esto no se acabará mañana, requerirá que los europeos seamos más europeos».

La UE, en cualquier caso, va a perder un miembro, el Reino Unido. Consumido ya el 25% del tiempo de negociación, el proceso «va a ser largo, complicado, costoso. Los británicos empiezan a darse cuenta de la situación difícil en la que se han metido, un ejemplo de lo difícil que es desconectar políticamente», señaló Borrell, que también habló de otros retos y problemas a los que se enfrenta la UE en el encuentro. Habló de Alemania. «Alemania es el gran beneficiario del euro. Se han ahorrado en deuda mucho más de lo que han aportado a los países con dificultades, y aun así, son los que están políticamente más descontentos».

La unión monetaria, en cualquier caso, no tiene unos inicios estables. «En un principio, creíamos que conduciría a una convergencia de la economía y a una equiparación de los niveles de deuda de los diferentes territorios», pero esto solo fue así «hasta que la inflación en la crisis hizo estragos».

España está saliendo de la crisis «a niveles macroeconómicos por una devaluación salarial de caballo, en la que ha llegado a aparecer por primera vez la figura del trabajador pobre». ¿Las soluciones de Borrell? Una 'federalización' que implique transferencia de rentas o una financiación directa por parte del BCE.

El investigador del Real Instituto Elcano, Federico Steinberg, acompañó ayer a Borrell en su análisis. Habló de la desigualdad económica y de la xenofobia como los catalizadores de los movimientos antiglobalización y antieuropeos, y de cierta pérdida de confianza: «Es la primera vez que después de la I Guerra Mundial la gente piensa que sus hijos vivirán peor que ellos».