Sánchez y Feijóo convierten el Senado en un 'ring' para caldear el ambiente electoral

La Cámara alta acabó convertida en un auténtico 'ring' desde el que el presidente del Gobierno y el líder de la oposición se afanaron en atacar los puntos débiles del contrario. Y no a modo intuitivo. A estas alturas, las cúpulas de sus partidos manejan ya suficientes estudios de opinión como para tener detectados los asuntos que más desgastan al adversario. Al propio jefe del Ejecutivo se le escapó una reflexión al respecto después de que Feijóo le dijera que «la reforma más urgente es derogar el 'sanchismo'». «Supongo que los cualitativos de su equipo le dirán que tiene que decir mucho 'sanchismo' para que también puedan quitar votos a Vox...», ironizó.

No hablaba a humo de pajas porque él mismo había construido su intervención -sobre el papel, una comparecencia para informar sobre «los planes implementados por el Gobierno en el contexto económico y social de la guerra de Ucrania, y el papel de las administraciones»- en torno a las cuestiones que Moncloa ha identificado como generadoras de un «marco perdedor» para la derecha en este momento: la vivienda y la protección de Doñana.

Por tercera vez, desde que el pasado día 14 se anunció el desbloqueo de la negociación con ERC y Bildu para aprobar la ley de vivienda, Sánchez lanzó un nuevo compromiso relacionado con el aumento de parque público de casas -en esta ocasión, la construcción de 20.000 inmuebles en terrenos propiedad del Ministerio de Defensa, a través de SEPES (Sociedad Pública Empresarial de Suelo)- y en línea con la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, exigió al PP andaluz la retirada de la ley de regadíos que pretende legalizar cultivos en el entorno del espacio natural y que ya ha sido severamente cuestionada por la UE.

En Ferraz están tan convencidos de que la estrategia les está funcionando que ya avisan de que no dejarán de martillear con estos dos asuntos, al menos en los próximos compases de la precampaña, y que el jefe del Ejecutivo seguirá haciendo anuncios como el de este martes, que se suma al de la movilización de 50.000 viviendas de la Sareb para alquiler sostenible y 43.000 promociones financiadas con créditos ICO. Compromisos que el PP tilda de «humo». «En total, Pedro Sánchez ha anunciado desde que es presidente la construcción o movilización de 420.000 viviendas. Ninguna se ha concretado; ninguna está a disposición de los españoles», censura el principal partido de la oposición.

La falta de credibilidad y los pactos con los independentistas fueron también dos de los flancos por los que el líder de la oposición trató de contraatacar al presidente del Gobierno. Pero, sobre todo, golpeó a Sánchez con la imagen de un «Gobierno roto» que ha tenido que recurrir al PP para arreglar sus destrozos. Esto es, las rebajas de condena a agresores sexuales provocadas por la aplicación de la ley del 'solo sí es sí'.

Mientras el Ejecutivo quiere dejar ese asunto atrás, el PP está decidido a mantenerlo en el debate y todavía podrá hacerlo este miércoles, precisamente, en el Senado, donde la reforma impulsada por los socialistas en contra de Podemos y algunos de los socios de investidura culminará su tramitación. En todo caso, Sánchez venía preparado para la embestida. Él, que se ausentó en la semana pasada del Congreso para desplazarse a Doñana y no participó en votación de esa norma que ha abierto una profunda herida en la coalición, acudió a la Cámara baja acompañado de su Consejo de Ministros en pleno. «No esperaba verlos a todos juntos hoy», admitió su contrincante en la tribuna. «Con la que están liando -añadió sardónico- y siguen todos en sus puestos...».

Si Sánchez incidió en la supuesta «insolvencia» del jefe de la oposición, le acusó de hablar mal de España en Bruselas y cuestionó su «moderación», en un intento de sacar rédito del deterioro del liderazgo que se percibe, dicen los socialistas, en la «caída en picado» en valoración que registra «en todas las encuestas», Feijóo azuzó la idea de que su rival es un dirigente con delirios de grandeza y dejes autoritarios. Para responder a los ataques sobre Doñana arguyó así que la proposición «del Parlamento de Andalucía» no busca más que «empezar un debate». «Si fuera usted, hace un decreto ley y lo impone al minuto 3», cargó.

Y si el líder del PP acusó al presidente de presumir de buena gestión económica mientras cabalga sobre una deuda y un déficit que la UE jamás habría consentido a Mariano Rajoy o a José Luis Rodríguez Zapatero (Si le aplicaran usted los mismos criterios, no habría durado ni un año», le lanzó), el jefe del Gobierno le echó en cara que ninguna de las catástrofes que ha venido profetizando el PP sobre creación de empleo y crecimiento económico se han cumplido hasta la fecha. «Si tan bien fuese a España -se revolvió Feijóo-, por qué se resiste a convocar elecciones ya». Sánchez, que goza del privilegio de abrir y cerrar los debates, concluyó lapidario: «No sé si a usted esto le viene grande o le queda demasiado lejos. Dele una vuelta a lo que le digo».