Cuidemos nuestra universidad más singular: la UIMP
Las autoridades que la dirigen no solo deben ser buenos gestores, sino también investigadores de prestigio internacional y contrastado criterio
El pasado viernes 29 de agosto tuve el honor de impartir la Conferencia Magistral de Clausura de la Escuela de Doctorado de la Universidad Internacional ... Menéndez Pelayo, coloquialmente UIMP. Aprovecho para agradecer al rector Carlos Andradas y a la vicerrectora Margarita Alfaro por la invitación y amabilidad. En los últimos tres años también he participado como espectador en algunas de las variadas actividades de la UIMP, como por ejemplo conciertos o conferencias sobre literatura.
La UIMP es famosa por sus cursos de español para extranjeros y por acoger importantes congresos. Tiene la sede institucional en Madrid, pero sus actividades principales ocurren en el Palacio de La Magdalena. La UIMP, como la UNED, depende del Gobierno central y no del autonómico. Es una institución histórica cuya actividad, a pesar de dificultades, se ha mantenido casi cien años. ¿Cómo lo ha conseguido? En mi opinión por una combinación singular de virtudes.
Pienso que su mayor fortaleza es que está enraizada en la identidad santanderina. La prensa y medios autonómicos cubren sus actividades. Es importante resaltar que estas actividades no se limitan a cursos y congresos. A modo de ejemplo, son bien conocidos los 'Martes Literarios', que ponen en contacto a figuras destacadas de la literatura con el público. El Premio Cervantes Álvaro Pombo fue ponente el curso pasado. También hay magníficos conciertos. Todo ello facilita que santanderinos y visitantes combinen ocio y cultura en verano, estableciendo lo que a mi modo de ver es una conexión emocional con la institución. Y es posible que esa conexión sea la razón por la que la UIMP sigue existiendo. Por tanto los próximos equipos rectorales deben, desde mi punto de vista, continuar incrementando al máximo las actividades que conectan la UIMP con los santanderinos: conciertos, presentaciones, coloquios, charlas abiertas etc.
Otra gran fortaleza de la UIMP es su estructura flexible. Si una universidad al uso quiere crear una asignatura sobre los últimos avances en inteligencia artificial en uno de sus grados/másteres, el proceso puede prolongarse años. Probablemente para cuando se consiga, ya estará obsoleta. Pero la UIMP puede organizar un curso para el verano siguiente. Esto es singular en el panorama español (ese curso en principio no va a ser de utilidad para obtener créditos oficiales pero podrá ser una magnífica oportunidad para aprender). Por tanto la UIMP da a España una ventaja estratégica para difundir temas de extrema actualidad e importancia y es imprescindible que su equipo rectoral tenga libertad para proponer y desarrollar actividades, sin trabas burocráticas añadidas que puedan venir de los complejos procesos administrativos derivados de la dependencia del Gobierno central.
Además de las anteriores, la UIMP tiene en mi opinión otra singular virtud: es un polo de atracción de personalidades. Todas ellas acuden a la UIMP para participar en actividades o recibir honores. El pasado verano estuvieron en la UIMP el medallista Fields Alessio Figalli, el Premio Abel Luis Caffarelli y el destacado matemático ovetense Juan Luis Vázquez. Recientemente han recibido Doctorados Honoris Causa por la UMIP el Nobel de Literatura Jon Fosse, la escritora Isabel Allende, la filóloga Irene Vallejo y la biofísica Eva Nogales. El que fue ministro y después alto cargo de la Unión Europea, Josep Borrell, ha sido también visitante frecuente. No existe ninguna otra universidad española con un flujo veraniego comparable que yo conozca. Conseguir atraer a estas personas no es una tarea sencilla. Los equipos rectorales que ha tenido la UIMP han debido trabajar duro en ello. El actual equipo ha tenido un importante éxito, como se puede apreciar por la anterior lista de personalidades. En mi opinión es crucial que dichos equipos los formen intelectuales de renombre. Es decir, las autoridades que dirigen la UIMP no solo deben ser buenos gestores, sino también investigadores de prestigio internacional y contrastado criterio, en campos importantes de las ciencias o las otras ramas del conocimiento.
No me cabe duda de que gestionar la recepción de visitantes a la UIMP requiere una burocracia considerable. Por ello es imprescindible que la UIMP sea una prioridad para el gobierno de España, y que se la dote de suficiente personal de gestión. Además, pienso que es importante dotar a los equipos rectorales de la mayor autonomía posible para contratar personal de gestión con agilidad, dependiendo de las necesidades de cada verano.
En Santander he encontrado además a una sociedad amable y generosa, y he podido disfrutar de sus famosas playas.
Como madrileño con raíces cántabras en los Valles Pasiegos, y por todo lo anterior, estoy muy orgulloso de la UIMP. Es primordial que el Gobierno central apoye al máximo a esta universidad tan singular: orgullo de Santander, Cantabria y España.
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