Autocrítica
Siempre he pensado que es fundamental tener una actitud crítica en la vida. Crítica pero respetuosa, no como lamentable y frecuentemente vemos en la escena ... política, una agresividad verbal excesiva. Durante mis años en la enseñanza fue una de las motivaciones que traté de despertar en mis alumnos. Cuando se trata de criticar a personas por lo que hacen o dejan de hacer, me parece elemental tratar de entender su situación, lo que coloquialmente se dice ponerse en su lugar, lo que el poeta Ángel González expresa en un poema escribiendo: «cómo se ve la vida desde otros ojos». El aficionado desde la grada o el tendido gritando al jugador o el torero ofensivamente. También en el doble papel que jugamos como conductores y peatones: el peatón que se queja de la arrogancia del conductor en tantas situaciones, los pasos de cebra, por ejemplo; el que está al volante cuando acusa de irrespetuosos a los peatones que cruzan calles a voluntad. Ahora que estamos con el tema de la basura a cuestas, los que dicen que la ciudad está sucia frente a los que tienen que limpiarla y ven la falta de civismo de tantos ciudadanos que arrojan al suelo de todo. Pensaba en esto al hilo de algunas críticas vertidas por políticos que están ahora en la oposición después de haber ejercido ellos el poder. Se podría pensar que las cosas no se resuelven tan fácilmente y son muy complejas, como ellos mismo comprobaron; que los condicionamientos pesan mucho, que probablemente ellos tampoco hicieron lo que ahora exigen a quienes les sustituyen. Sin perder la perspectiva crítica, sobra violencia verbal y autocrítica. Falta comprensión y respeto.
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