Cántabros: movilicémonos
Es urgente, cada vez más urgente, que la sociedad cántabra se movilice a favor de la creación de valor y riqueza para nuestra Comunidad. Fuimos ... la segunda provincia española más rica en los años 70 del siglo pasado y, según datos del INE, en 2018 hemos pasado a ser la provincia número 24. Nos hemos empobrecido grandemente pasando de la cabeza a la media de la tabla. Lo más fácil para echar balones fuera es repartir las culpas entre los políticos, el Estado de las autonomías, los gobiernos de la nación, etc. Pero no, somos nosotros, los ciudadanos de esta región, los que tenemos que practicar más la colaboración, la implicación, la capacidad de emprender con otros, desmontar desconfianzas, salir de los sectarismos y, sobre todo, de nuestra gran zona de confort, que es la que nos impide crecer y mejorar. Es cierto que todas las «excusas» anteriores nos han empobrecido pero ¿qué podemos hacer? ¿Tenemos capacidad para cargarnos ese pasado que quizá nos ha lastrado? No.
Lo único que podemos y debemos hacer es espabilar, movilizarnos empresarios y trabajadores para sacar adelante proyectos que nos enriquezcan y, eso sí, exigir a políticos y funcionarios que sean capaces de estar a la altura de las circunstancias para dar el do de pecho y dejar de dar el no. Lo público debe facilitar la autorización administrativa para un nuevo proyecto, la validación de política e incentivos al crecimiento y al emprendimiento, impedir los retardos injustificados, las normativas «infumables», para entenderlas y para aplicarlas, y las trabas (que se cogen con papel de fumar) basadas en la desconfianza hacia la iniciativa privada.
De verdad tenemos que movilizarnos, debemos ser proactivos uniendo esfuerzos, planteando propuestas empresariales conjuntas, con proyectos colaborativos de los trabajadores (cooperativas), con iniciativas que promuevan facilitar nuevos productos o servicios a un mercado que los demande, eliminando la grasa de las empresas subvencionadas (son pérdidas para hoy y para mañana y sin pan) y exigiendo a la autoridad competente que se vuelque, de verdad y no de la boquilla de una rueda de prensa, con la actividad emprendedora.
Dicho sea de paso, si el político de turno sólo piensa en los cuatro años que va a gobernar, a los cuatro años gobernará otro un «reino» más empobrecido que el anterior, porque seremos miopes que sólo ven el corto plazo y se olvidan del futuro a veinte o treinta años, ese es el futuro que va a alimentar a las generaciones venideras. Hay una expresión inglesa que reza 'Givers gain', o lo que es lo mismo, los que dan reciben u otra más castiza que dice «manos que no dais, qué esperáis».
¿Qué pretendo decir? Que la base para colaborar, para generar riqueza conjunta, es la de apoyarnos unos a otros, la de desear la prosperidad de la empresa del vecino (siempre será mejor que su empobrecimiento) y la de la empresa en la que trabajo y no someterla a dificultades internas para que se vaya al garete y la de estar dispuesto a colaborar en nuevos proyectos conjuntos. Y en ese sentido es en el que reza este artículo: Quisiera proponer a todo el empresariado cántabro, a todos los emprendedores (trabajadores todos) para que propongamos nuevas empresas, nuevas iniciativas de emprendimiento en las que pueda participar quien buenamente tenga algo que aportar.
No podemos seguir esperando a que los gobernantes sean los únicos que propongan, somos los emprendedores, los que vivimos de nuestro trabajo en el ámbito privado, los que mejor podemos proponer y activar políticas de crecimiento, de desarrollo empresarial. Hay muchos y buenos líderes empresariales en Cantabria, de todo tamaño y condición ¿Qué nos impide aunarnos y proponer nuevos retos? ¿A qué estamos esperando? Para que los trenes pasen por delante de nuestros negocios hay que ponerles vías. ¿Quién se anima?
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