Dos centenarios
En 2020 se conmemoran el nacimiento de Eulalio Ferrer y la muerte de Pérez Galdós
La casualidad ha querido que dos centenarios que se conmemoran en la ciudad en 2020 estén en cierto modo relacionados. Por un lado, el del ... nacimiento de Eulalio Ferrer. Por otro, el de la muerte de Pérez Galdós, insigne escritor canario tan estrechamente vinculado a Santander. Del escritor y mecenas cántabro hay actualmente una exposición bibliográfica en la Biblioteca Central.
Eulalio Ferrer nació en Santander. Acabada la Guerra Civil inició un exilio que le llevó a México después de un tiempo en campos de concentración del sur de Francia. Al dolor de la derrota republicana se añadió el de abandonar su tierra. Una parte de los episodios vividos en ese tiempo los narró en su libro 'Entre alambradas'. No le quedó rencor, pero como el título de la conocida película argentina, se diría: no habrá más penas ni olvido. Tampoco odio. En México fundó una empresa de publicidad y comunicación que se convertiría en una de las más importantes del país. Sobre estos temas escribió más de medio centenar de libros. Asimismo publicó una novela, 'Háblame en español'. Cuando regresó a Santander lo hizo con una profunda emoción para recuperar recuerdos con la mano tendida a la reconciliación. También tratando de ayudar a sus paisanos en cuanto le fuera posible. Fue un mecenas de Cantabria. Además de servir de puente cultural entre España y su país de acogida, tuvo más gestos que evidenciaron su generosidad. Entre otros hay que citar la creación del premio de novela Ateneo de Santander y el Premio Internacional de la UIMP. Hizo importantes donaciones de libros a bibliotecas de la comunidad y regaló a la ciudad a través de la Fundación Cervantina de México que él instituyó, dos esculturas que se encuentran en la avenida García Lago en el Sardinero. La primera es la que justifica la relación a la que me refería al principio de estas líneas. En 1998 se instalaba una escultura de Pérez Galdós realizada por Santiago de Santiago. En ella se retrata a un Galdós joven, cuando llegó a Santander por primera vez en 1871. Ante esta estatua tendrá lugar una ofrenda floral el miércoles. Unos años después, en 2001, dona un Quijote en acero del escultor y murales mexicano Leonardo Nierman. Era conocida su pasión por todo lo cervantino. En 1987 creó en Guanajuato un museo iconográfico dedicado al memorable personaje de Cervantes. La anécdota que lo desencadenó se ha contado muchas veces: en el campo de concentración francés intercambió con un soldado una caja de tabaco que tenía Ferrer por un Quijote. El universal título se convirtió en su libro de cabecera.
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