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Una cifra gastronómica

Buen número de establecimientos van a pasarlo mal

Domingo, 26 de julio 2020, 07:11

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No hay mayor ignorancia, en economía, que pensar que las desgracias de un sector o de unos sectores concretos, no van a afectar al resto. Quien así piensa no se da cuenta de que toda la economía está interconectada: si a tu vecino le va bien, a ti te irá bien; si le va mal, a ti, al final, te acabará yendo mal. Es indisoluble con el significado de la propia palabra que trata de utilizar recursos escasos y susceptibles de usos alternativos. Y la alternancia va por barrios; hoy por ti, mañana por mí.

Semanas atrás, hablando con un empresario del sector de la hostelería sobre la repercusión económica del covid-19 en la restauración, con mucha 'desgracia' se me ocurrió que íbamos a tener que afrontar, como sociedad, una cifra 'gastronómica'. Y así va a ser. Buen número de bares, restaurantes, cafeterías y establecimientos hoteleros van a pasarlo mal con esta gripe vírica que la globalidad nos ha inyectado. Pero no todo está perdido; seguramente haya que replegar las velas de antaño por nuevos modos de navegar. Algunos empresarios del sector serán capaces de aguantar estos tiempos tan convulsos, otros deberán reinventarse con nuevas ofertas gastronómicas, otros lo harán ofreciendo un servicio más exclusivo o diferenciado, otros optarán, como Mahoma, por ir a la montaña del consumo en el hogar.

Habrá muchos que, definitivamente, tengan que navegar por otros mares, invertir en negocios de más empuje, con mayor calado en estos tiempos. Y, finalmente y espero que sean los menos, habrá algunos que sucumbirán al temporal y no serán capaces de rehacerse en ningún sentido ni dirección. Lo que sí que tengo claro es que la cifra de pérdidas del sector va a ser astronómica y que nos va a repercutir a todos de modo directo o indirecto (deudas, impuestos, menos clientes o subvenciones y ayudas).

Al menos hasta que no haya vacuna buena parte de la sociedad va a mantener ciertas cautelas a la hora de relacionarse en público y aunque otros muchos nos resistamos a perder la maravillosa costumbre de consumir junto con otros, el ticket medio va a caer, salvo que hagamos algo original, diferente. Y esto pasa por ofrecer estos servicios con el mayor grado de seguridad posible y aportando valores diferenciales. Al final tendremos que cambiar de hábitos: reservar barra en el bar (igual que lo hacemos para reservar mesa en el restaurante); que nos lleven el 'cafelito' al centro de trabajo; convertir las plazas en inmensas terrazas de bar; mesas reservadas para familias que conviven juntas; pequeñas columnas de chorros de aire desinfectado en las mesas o cortinas de este aire desinfectante al entrar en el establecimiento. Seguro que hay muchas fórmulas posibles para que las cifras en nuestra hostelería vuelvan a ser gastronómicas.

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