La crisis del Seve
Tras la cancelación de cuatro rutas de Ryanair, el Aeropuerto de Santander debe recuperar una oferta de destinos competitiva por sí misma, en la que las ayudas públicas contribuyan a su consolidación
La reclamación para Cantabria de unas comunicaciones ágiles y modernas viene de largo atrás. La supervivencia en un mundo interconectado para quien está condicionado por ... su ubicación periférica pasa por la facilidad con la que pueda accederse al lugar. Cantabria ha padecido, y en buena medida sigue padeciendo, los rigores del aislamiento, algo que en la sociedad actual debe valorarse en términos comparativos. El repaso de las comunicaciones con los destinos más usuales no es en absoluto halagüeño: no disponemos de comunicación directa por autovía con Madrid, ni de una alta velocidad ferroviaria completa con el mismo destino, ni contamos con unas cercanías mínimamente competitivas (casi cuatro horas para el centenar de kilómetros entre Santander y Bilbao, como recientemente ha constatado El Diario), los vuelos a la capital son escasos y caros… El descenso en tráfico del Aeropuerto Seve Ballesteros va a verse seriamente agudizado con la cancelación de cuatro rutas, por el momento, de Ryanair.
Los problemas en cada uno de los medios de transporte son distintos. En cuanto a las autovías lo es de infraestructuras y de ejecución de los trabajos previstos. En las comunicaciones ferroviarias, además de la modernización de los trazados, que requiere cuantiosas inversiones, lo es del material y del propio servicio, a todas luces insuficiente. En el transporte aéreo lo más relevante es la consolidación de nuevas rutas y destinos al servicio tanto de quienes partan desde Cantabria como de los que decidan visitar la región. Por eso, es práctica habitual que las Administraciones públicas establezcan líneas de ayuda para facilitar el establecimiento de dichas rutas, que acaban convirtiéndose en ayudas estables. Dicho de otra forma, los impuestos de todos los ciudadanos sufragan parte de los billetes de quienes hacen uso de los aviones y repercuten en los resultados de las aerolíneas.
La decisión de Ryanair de eliminar una serie de rutas tras su guerra con Aena por el incremento de las tasas aeroportuarias, ha significado la inminente cancelación de los destinos de Roma, Viena, Milán y París desde Santander. Como hoy recuerda Álvaro Machín en El Diario, la llegada allá por 2004 de la aerolínea irlandesa a Cantabria significó un revulsivo en las comunicaciones aéreas de la región, que multiplicó los destinos y pasajeros hasta llegar a su récord de 1.242.089 viajeros en 2023. De las 31 rutas disponibles, 18 estaban operadas por la compañía encabezada por el peculiar Michael O'Leary. En estos 21 años, la empresa ha recibido una cantidad estimada en 60 millones de euros, que no puede conocerse con exactitud, pues durante años su asignación fue opaca. Solo en el periodo actual, entre 2024 y 2027, el importe obtenido por los concursos públicos es de 18 millones, que cobrará parcialmente por la interrupción del servicio.
El Gobierno de Cantabria está preparando concursos para nuevos destinos que sustituyan a los anteriores y que hagan despegar de nuevo al aeropuerto cántabro. Mejorar Madrid y Barcelona, recuperar Alicante, Bucarest y Lanzarote, e introducir la capital búlgara Sofía, entre otros. Bienvenidos sean todos ellos, para que impulsen de nuevo al Seve. Pero también es preciso no olvidar la lección: las ayudas han de estar destinadas a impulsar la implantación de las nuevas rutas y contribuir a que sean rentables por sí mismas, y han de otorgarse con transparencia.
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