Estar presente
A veces la mente se ve asaltada por pensamientos diferentes a lo que se tiene entre manos
Conozco algunas personas que tienen dificultad para sentirse presentes en lo que están haciendo, sintiendo o pensando en el preciso momento en que eso ocurre. ... Lo que les sucede, cuando no pueden estar presentes, es que su mente se ve asaltada por pensamientos diferentes de lo que tiene entre manos en esos instantes. Incluso aunque lo que estén haciendo sea divertido, en movimiento y en situaciones de plena satisfacción; da igual, los pensamientos acuden a distorsionar esos momentos íntimos o compartidos.
¿Por qué nos atacan estos pensamientos? Puede haber muchas razones, pero las más habituales devienen de una actitud propicia a la multitarea y de un gran cúmulo de tareas por hacer, pensar o decidir; son tan intensos estos pensamientos que les dejamos que tomen el primer plano en el escenario de nuestra mente. En muchos casos son tareas inacabadas en las que nos vemos obligados a detenernos.
Y, ¿por qué le permitimos a nuestra mente estos asaltos? En esencia porque ponemos esos pensamientos, tareas o trabajos en un plano muy cercano a lo que es más importante en ese momento y que no es otra cosa que lo que nos está sucediendo, que las personas con las que estamos compartiendo lugar o conversación o el disfrute de cualquier tipo de sensación, agradable o no, en la que estemos inmersos. En cierto sentido lo que hacen estas personas es poner en el mismo orden de importancia pensamientos o sentimientos que nunca podrían llegar a serlo si no les dejáramos.
¿Cómo podemos evitarlo? En primer lugar, diciéndonos que no es que no estemos presentes, sino que estamos ausentes; no estamos en lo que celebramos. Pero el ejercicio más importante a poner en práctica para evitar estas ausencias es estar pendientes de nuestros pensamientos (al menos en las primeras semanas del cambio) siendo conscientes de que nos tratan de invadir los que llaman a la puerta. Tras la consciencia de la invasión, tenemos que ordenar a nuestra mente que, conscientemente, rechace ese o cualquier otro pensamiento que quiera acceder en el momento en el que no le corresponde. Este ejercicio hay que repetirlo hasta la saciedad de nuestra propia inercia, hasta que seamos capaces de controlar esos pensamientos amebas que pretenden vivir de nuestra consciencia del momento presente. En el fondo estar presente significa disfrutar completamente del momento en el que te encuentras, sin fugas ni fisuras. Es el 'mindfulness' en su mejor acepción, con la diferencia de que estos pensamientos visitantes surgen en momentos de actividad, de acción, incluso de estrés y no hay tiempo para meditar, tan sólo lo hay para defender con fiereza el castillo de nuestro momento presente frente a los ataques enemigos. Digámonos: «Ya lo pensaré en otro momento; ahora no».
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