La imparable carrera de los precios eléctricos
Necesitamos medidas urgentes a corto plazo que permitan que la industria electrointensiva pueda hacer frente a los costes de la energía
En España hemos arrancado el nuevo año sin ninguna señal de que los altos precios eléctricos moderen su imparable carrera, por lo que la ... supervivencia de la industria electrointensiva sigue estando en grave riesgo. Las empresas españolas cerramos 2021 pagando un precio eléctrico de unos 120 euros/MWh, es decir más del doble de lo que pagaron los industriales franceses, cuyas facturas fueron de 50 euros/MWh, y más de 36 euros/MWh por encima de lo que abonaron nuestros competidores directos alemanes. Este mes, los futuros eléctricos están en más de 200 euros/MWh, 80% por encima del ejercicio recién cerrado. Esto es lo que nos espera a corto plazo y lo que supone un serio peligro para las industrias esenciales para nuestro país, que podría producir dolorosas consecuencias para el empleo y la economía española.
Las industrias electrointensivas son extremadamente sensibles al precio eléctrico, tanto que sus costes eléctricos suponen el 60% de los totales de producción, un porcentaje que con los actuales niveles de precios está subiendo ya hasta el 75%, lo que está llevando a algunas empresas a verse obligadas a parar su actividad o a reducir su producción, una realidad que hace inviable la continuidad de algunas fábricas.
¿Qué pasó de los contratos bilaterales a precios competitivos? El pasado 25 de octubre, en un evento celebrado en Santander, animé a las compañías eléctricas a que ofrecieran a la industria electrointensiva contratos bilaterales a precios competitivos. Desde la Administración se nos informó de que las eléctricas estaban con disposición de ofrecer contratos a precios anteriores a la crisis del gas natural.
Tres meses después, los asociados en AEGE siguen sin recibir noticia alguna al respecto. Por si fuera poco, a esto hay que añadir que el Gobierno no ha convocado tampoco las subastas de energía de tecnología inframarginal (nuclear, hidráulica y renovables), que se recogían el RDL 17/2021 y que, supuestamente, deberían haberse realizado en el pasado año.
No sabemos nada de estas dos iniciativas que podrían haber supuesto un soplo de tranquilidad para la producción electrointensiva, ni tampoco hubo más noticias de la propuesta del ministerio de ofertar la energía del Recore a precio regulado para atender tanto a las industrias como a los consumidores acogidos al PVPC.
Sin contratos a precios eléctricos competitivos, sin subastas de energía de tecnología inframarginales, sin herramienta alguna para sobrevivir a esta realidad, estamos ya metidos en 2022, y parece que este problemón solo preocupa a la industria y sus trabajadores.
Descrito el panorama queda claro que lo que necesitamos son medidas urgentes a corto plazo que permitan que la industria electrointensiva pueda hacer frente a los costes eléctricos en este ejercicio 2022, porque de otra forma las consecuencias se vislumbran ya en el horizonte: habrá más reducciones de producción como las iniciadas en otoño pasado y más paradas como las que ya vemos estas semanas del recién iniciado ejercicio.
Desde AEGE reclamamos al Ejecutivo que destine energía del Recore para la industria y que convoque cuanto antes las subastas de tecnología inframarginal para 2023 y siguientes. También solicitamos que de forma lo más inmediata y urgente posible se aprueben otras medidas regulatorias como la exención del 80% del peaje de transporte, el servicio sustitutivo de la interrumpibilidad y la máxima compensación del CO2 indirecto, estimada en 450 millones de euros para 2022.
El año pasado el sobrecoste del suministro eléctrico para estas compañías electrointensivas fue de más de 1.500 millones de euros en relación con lo que pagaron sus principales competidores directos europeos. Este año con los precios por encima de los 200 €/MWh, y los diferenciales de precios con nuestros competidores, estimamos un sobrecoste de más de 2.300 millones de euros. Está en juego la supervivencia de la gran industria básica que es un pilar básico de nuestra economía y que supone empleo estable y de calidad. Y están en juego además las necesarias inversiones para descarbonizar las plantas. Los electrointensivos españoles pedimos que se nos den las mismas condiciones y medidas que desde hace años disfrutan los electrointensivos alemanes y franceses que son nuestros competidores directos. De no ser así, más pronto que tarde aumentarán las deslocalizaciones y será muy difícil reindustrializar España. La producción que se va difícilmente vuelve.
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