Aguas nada medicinales
La última entrega de su saga elige los crímenes en masa y potencia el estilo literario
Los inocentes' supone la sexta entrega de Los Libros del Puerto Escondido, la saga detectivesca ambientada en Cantabria y protagonizada por la teniente de la ... Guardia Civil Valentina Redondo. Una saga en la que, según desvela la propia autora, María Oruña (Vigo, 1976), cada novela se plantea como un pequeño homenaje a un subgénero en concreto, desde el thriller científico al 'domestic noir', pasando por la novela gótica.
Para esta ocasión, la escritora ha elegido los crímenes en masa. Y decide fabular uno en un lugar en apariencia tan idílico como el Templo del Agua del Balneario de Puente Viesgo, en el que un grupo de empresarios sufre lo que en una primera impresión parece un atentado terrorista. La intoxicación causará varias muertes, que investigará la teniente Redondo, aunque esta vez se verá subordinada a un mando especial militarizado. Y, por supuesto, nada será lo que parece.
Destaca sobre todo en este nuevo caso de la serie la evidente voluntad de la autora por potenciar el estilo literario, que refleja con ahínco los contrastes, deteniéndose sobre todo en el medio natural. Además, la narradora interviene activamente, deslizando reflexiones casi líricas –«¿Qué tendría el mal, que nos estremecía más cuando afectaba a los inocentes?»; «qué difícil, qué imposible es elegir un amor»–, citas literarias implícitas – Jean Rostand en el debate sobre el heroísmo– o explícitas –cada capítulo está encabezado por un clásico, principalmente Dumas, Agatha Christie y Dostoievski–, introduciendo una ingente cantidad de aportaciones documentales –sobre la batalla de Culloden, la optometría, una disciplina pseudocientífica…– o incluso abriendo un jugoso debate sobre el sistema de apellidos anglosajón, casi una temeridad en estos días, pero que sin embargo la novela no rehúye. Y deja también un pequeño espacio para el humor, ese de retranca, que asoma por ejemplo en los falsos cultismos del capitán Caruso y, sobre todo, el incomparable Sabadelle. Además, se trata de una novela a dos voces, porque mientras la acción investigadora se focaliza en la detective, la escritora decide que su antagonista nos hable en primera persona. Un personaje, por cierto, rescatado de novelas anteriores: El Estudiante, un terrorista con quien la protagonista tiene deudas pendientes.
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