Necesitamos a los hombres
Unate anima a implicarse para acabar con la violencia de género
Mónica Ramos Toro
Coordinadora del Grupo Social Unate
Martes, 25 de noviembre 2025, 07:18
¿Alguna vez se ha preguntado si puedes hacer algo para acabar con la violencia de género? ¿Si puede contribuir a erradicar a que este ... problema social y de salud pública acabe de una vez por todas? ¿Si esta violencia afecta más a mujeres jóvenes o a mujeres mayores?
Si se hubiera hecho esta última pregunta, sabría que la violencia de género está mucho más invisibilizada cuando quien la sufre es una mujer mayor. Y no solo lo está para la sociedad en general, sino también para ellas mismas e, incluso, para las y los profesionales que las atienden. ¿A qué se debe que la violencia de género hacia las mujeres mayores esté tan invisibilizada? Pues a que se entrecruzan factores estructurales como la discriminación de género (machismo) y la discriminación por edad (edadismo), provocando que sean las menos atendidas por las políticas de igualdad y los recursos de atención a violencia de género. Esto contribuye a que pensemos que la violencia de género no es algo importante a abordar en la población mayor.
Sin embargo, si atendemos a las cifras que contabilizan las mujeres víctimas mortales a manos de sus parejas o exparejas, desde 2003 hasta noviembre de 2025 han sido asesinadas 199 mujeres de 61 años o más, lo que supone el 14,97% de las víctimas totales (1.329), aunque en algunas fechas concretas como 2020 representaron el 23,5%, o en lo que va de 2025, el 26,4%. A lo que se ha prestado menos atención aun es a la edad de los 'presuntos' agresores. Los que tienen 61 años o más, representan el 18,59%, del total, casi 4 puntos más que sus víctimas, y además, al menos en diez ocasiones, los porcentajes superan el 20%, llegando al 24,9% en 2020 o al 29,4% este año 2025. Estas cifras avalan la necesidad de haber hecho mucho más por las mujeres mayores que sufren violencia de género y desde luego por haber trabajado con los hombres mayores el ejercicio de la violencia en sus relaciones de pareja.
¿A qué se debe que la violencia de género hacia las mujeres mayores esté tan invisibilizada?
Desde el Grupo Social Unate estamos dando pasos importantes en este sentido. En 2024, para el 25N, nos juntamos con mujeres mayores de Cantabria para reflexionar de manera conjunta sobre esta invisibilidad y fruto de ese trabajo protagonizaron un vídeo en el que se dirigían a otras mujeres mayores para que identificaran todas las actitudes y conductas que pueden estar ejerciendo sus parejas sobre ellas. Hemos proyectado este vídeo en una extensa campaña de sensibilización realizada en Cantabria y en otras comunidades autónomas. Una de las cuestiones que se han sugerido en las evaluaciones y en los coloquios es implicar mucho más a los hombres mayores dado que ellos también han sido socializados en una sociedad machista y patriarcal por lo que les cuesta identificar actitudes y comportamientos violentos en sus relaciones de pareja que han normalizado.
Por eso este 25N de 2025 desde el Grupo Social Unate —con el apoyo del Ayuntamiento de Santander— nos hemos atrevido a preguntar a hombres mayores si consideran que pueden contribuir a acabar con la violencia de género protagonizando un vídeo en el que interpelan y se dirigen de manera directa a hombres mayores como ellos. La mayoría de las frases que expresan los hombres en este vídeo son el reverso de las que lanzaron las mujeres en el vídeo de la campaña del año pasado, como un juego de espejos en el que víctimas y victimarios se miran y dialogan.
Ambas campañas de sensibilización son una herramienta eficaz para generar impacto emocional, promover el cuestionamiento de actitudes y comportamientos machistas y visibilizar en la población mayor, y en la sociedad en su conjunto, el papel que juegan los hombres a la hora de prevenir y eliminar la violencia que sufren las mujeres. Sin ellos como aliados contra la violencia de género esta lacra no se va a acabar. Necesitamos que sean el espejo en el que otros hombres quieran ver reflejada su masculinidad no como sinónimo de dominación, control y violencia, sino de respeto, equidad y buen trato.
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