¿Qué objetivos tienes?
Acabamos de empezar el presente año 2021. Está recién estrenado. En estos comienzos de año, muchos de nosotros, nos planteamos cumplir o conseguir determinados logros ... que requieren un esfuerzo y que, normalmente, los representamos en actividades a poner en práctica (aprender un idioma, ir al gimnasio, comer mejor, hacer más deporte, estudiar más o formarnos en algún aspecto en concreto). Todo ello está genial. El único inconveniente sucede cuando nos marcamos tareas que sabemos que no vamos a llegar a cumplir o cuando pretendemos ganar diez zamoras en una hora; en ambos casos nos convertimos en arquitectos de preciosos castillos en el aire.
Lo que pretendo proponerle es algo que ya he hecho para mí, con el férreo deseo de cumplirlo, y es seleccionar unos pocos objetivos, plasmarlos en un papel o en una pantalla y ponerles fecha para su cumplimiento. Debemos escribir lo que pretendemos conseguir. La escritura es un acto de refuerzo reflexivo; hemos meditado bien lo que queremos conseguir y lo plasmamos en un documento que podamos conservar y revisar en cualquier momento. A nadie se le escapa que este Nuevo Año es muy prometedor en aspectos tan esenciales como la salud, la economía y la relación social y es muy posible que todo lo que afecte a estos tres ámbitos estemos todos, sin excepción, deseosos de verlos cumplidos. Yo me refiero a objetivos más concretos y desde muchos planos: desde el personal, el de pareja, el emocional, de familia, laboral, empresarial o profesional. Cada uno de nosotros necesitará poner el acento en unos aspectos más que en otros; no todos cojeamos de la misma 'pata'.
Además de escribir los objetivos recomiendo que los grabemos en la agenda del smartphone o del ordenador, de modo que nos recuerde esos objetivos cada cierto tiempo. Lamentablemente el voluntarismo de los primeros días del año se va diluyendo y a las pocas semanas ya no queda nada o casi nada de todo el empuje inicial. Es ahora cuando debemos dejar constancia todo lo que queremos lograr con recordatorios que nos impidan olvidar.
Los objetivos, finalmente, deben depender en buena medida de nosotros mismos; de no ser así estaremos siempre al albur de los acontecimientos y eso permitirá justificarnos por su incumplimiento. Ahora mismo disponemos de 362 días para lograr todo lo que, en este plazo de tiempo, se pueda conseguir y existen grandes enemigos para ello: La pereza, la procrastinación de tareas, las creencias limitantes que nos impiden lograr todo lo que somos capaces, los desánimos de los que no creen en nosotros, el pesimismo complaciente, la rutina de tiempos pasados, la falta de paciencia para conseguir grandes objetivos, la intolerancia a la frustración, el perfeccionismo recalcitrante y el ansia por los logros inmediatos. Si todo esto vencemos, cumpliremos lo que nos propongamos.
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