Con el partido que se nos viene encima, y gracias al profesor José Manuel González Herrán, abordo mi tema favorito. Ya sé que un balón ... es algo insignificante, hasta el punto de estar repleto de nada, pero ese vacío de aire le proporciona la cualidad esférica de poder dirigirlo a voluntad de los toques que damos, y por lo tanto controlarlo con nuestra habilidad, sin los botes aleatorios de formas imperfectas. Entre tantos amagos, regates, engaños, teatralización y arbitrajes dudosos, el balón es el único que no se casa con nadie. Personifica la imparcialidad y es el objeto mágico que todos queremos dominar y poseer.
Dentro de la proliferación de sinónimos que los periodistas utilizamos para no repetir balón, pelota, bola, cuero… el miembro de la RAE Pedro Álvarez de Miranda destacaba hace unos días el del «esférico», que desde 1992 está incluido en el diccionario como «balón», y desde 2014 como «balón de fútbol», y señalaba al cronista Pepe Beraza como primero en usar tal acertada definición el 12 de marzo de 1917.
José Beraza de la Gándara (Santander 1882-1957) fue un verdadero pionero del fútbol. Participó en el primer partido disputado en Cantabria (1902) e impulsó el desarrollo del fútbol en Santander como nadie. Lo hizo como deportista, como organizador y como periodista. Jugó, entre otros equipos, en el Santander F. C. y en el Strong, el primer rival del Racing. Fue impulsor del Comité Organizador de los Campos de Sport (1913) y de la Federación Cántabra de Fútbol (1923). Desde las páginas de 'El Cantábrico', donde firmaba con el seudónimo de 'Yost', animó a los pequeños equipos publicando sus desafíos y crónicas. También fue el primer entrenador que tuvo el Racing antes de la llegada de Mr. Pentland.
En este tiempo de tanta polarización, el esférico de Pepe Beraza nos une más que nunca en nuestra emoción y hoy brindo por su reconocimiento y por España.
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