¿Vivir o sobrevivir?
En todos los casos hay vida, pero hay vidas mejores que otras y, sobre todo, hay posibilidades de vivir mejor de como se vive
Si pudiéramos medir el grado de satisfacción con su vida de un grupo de personas y fuera posible ponerle una cifra, los resultados serían muy ... diferentes. De entrada ya tendríamos diferencias en función del grado de exigencia de cada uno. Lo que sí que tendríamos todos claro es que quien es más feliz, quien tiene más salud, dinero y amor, tiene una vida más deseable que la de otros, que no tienen tanto; incluyo también aquí la satisfacción espiritual que, a lo largo de una buena vida, acaba siendo esencial. Aunque uno se conforme con poco, estará mejor con mucho y decidir, de esa cantidad a su disposición, la que quiere o no utilizar. No hay poder más fuerte que el que no se ejerce pero se puede ejercer: el poder poder.
En la vida se puede malvivir, sobrevivir, vivir a secas, bienvivir o vivir con excelencia. En todos los casos hay vida, pero hay vidas mejores que otras y, sobre todo, hay posibilidades de vivir mejor de como se vive y, para ello, uno tiene que ser consciente que malvive y, a continuación, poner manos a la obra para resolver esa situación. En ese malvivir, quiero incluir las limitaciones económicas pero, sobre todo, quisiera hablar de las que nos restan felicidad por estar aclimatados a un estado emocional, que en algún momento se truncó, y no sabemos como salir del atolladero. La verdad es que somos como caracoles cada uno con una casa y una musculatura diferente; unos corren más, mejor y más felices y otros corremos menos, con más dificultad o con casas que se han hecho demasiado grandes para poder ser sobrellevadas.
Sólo le pido una cosa, piense: ¿Vive o sobrevive? No sólo nos vale vivir, es deseable tener muchas ganas de vivir (esto lo aprendí de mi padre) para ir pisando con donaire todos los charcos por los que tenemos que pasar; cada uno los suyos. Si su respuesta es que sobrevive, le sugiero que piense cuál es el motivo, qué le 'obliga' a sentir de ese modo y póngase manos a la obra a resolverlo o déjese ayudar por un buen profesional, por una persona experta que le permita conseguirlo. Cuando vemos la vida en positivo y la sonreímos, casi siempre ella nos devuelve el mismo mensaje y lo bueno, y también lo malo, se suele realimentar a sí mismo; tal y como yo vea a la vida, así me verá ella a mi. En conclusión, si hay algo que le impida vivir más satisfactoriamente de lo que vive, decida encontrar la causa y después, sólo o con ayuda, tome la decisión de resolver y llegar a ver la vida con otros ojos. ¡Verá qué bien!
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