Xavier Dolan: «Vivimos sedientos de chismes»
Entrevista ·
El canadiense estrena la película 'Las ilusiones perdidas', la cinta con más nominaciones a los Cesar en la historia del cine francésMaría Estévez
Jueves, 24 de febrero 2022
De niño prodigio a cineasta respetado, de la gran promesa a ser despreciado por la crítica de su país, Canadá. Xavier Dolan (Montreal, 32 años) se encuentra estos días enfrascado en el desarrollo de una serie de televisión mientras disfruta del éxito, esta vez como actor, de su personaje en la película 'Las ilusiones perdidas' (adaptación de la novela de Balzac) que se estrena hoy en España. Dolan es uno de los cineastas jóvenes más venerados del cine de autor, con ocho largometrajes en su haber, el primero escrito, dirigido y protagonizado cuando tenía 19 años.
Ahora reivindica su trabajo como actor poniéndose a las órdenes de su amigo Xavier Giannoli en una cinta cargada de humor, noticias falsas y desamor. Lucien, un joven e ingenuo poeta de provincias, se enamora de su patrona y la sigue a París, solo para sumergirse en el mundo venenoso de los códigos aristocráticos.
-¿Conocía la obra de Balzac antes de embarcarse en el personaje?
-La verdad es que no. De hecho, no tenía ni idea de que Balzac había sido periodista antes que escritor de éxito. Yo no había leído este libro cuando me ofrecieron el guion, recuerdo haber leído otros títulos en el colegio, pero no este. Para muchos, Balzac es sinónimo de tareas escolares. Creo que ha llegado el momento de descubrirlo y apreciar su increíble modernidad, brillantemente destacada por Xavier Giannoli en su muy libre y desempolvada adaptación. Me identifico con el ascenso y la caída de Lucien de Rubempré, un aspirante a poeta que acaba corrompido por una sociedad inhumana y codiciosa. Esa dinámica nos ha permitido evocar derivas muy actuales: las noticias falsas, el juego del poder...
-La polémica vende mucho, esa idea de Balzac es perversa y muy actual...
-Los escándalos y sobreexposición, la controversia es lo que mantiene con vida a las redes sociales. Parece que estamos sedientos de chismes. El gusano de la manzana tiene de qué alimentarse con estas herramientas de comunicación y la libertad de expresión, en cierto modo loable, se ha convertido en un martillo con el que golpear a los demás sin que nadie se sienta culpable por hacerlo. Balzac dijo que la controversia es el primer paso para ser famoso, basta ver los 'realities' de televisión para darse cuenta de que sabía lo que decía. La idea no es nueva. Nosotros, en la película, nos tomamos muchas licencias creativas para adaptar la novela de Balzac a la actualidad y que la audiencia entienda fácilmente las similitudes.
-Su nominación a los Cesar franceses le reivindica como actor, ¿quiere esto decir que piensa combinar su carrera en la interpretación con la de director?
-Sin duda este reconocimiento es una consagración a mi trabajo en la actuación, pero yo me considero artista y, como tal, quiero continuar desarrollando mi visión como cineasta, actor y guionista.
-¿Cuál es su relación con los medios de comunicación?
-Siempre ha sido complicada. A mí se me ha criticado en exceso, la crítica me encumbró y luego me machacó. He vivido en ambos espacios y ahora no leo nada; ni lo bueno, ni lo malo. El éxito te aísla y yo he vivido el éxito en soledad. Lo bueno de fracasar es que ahora tengo amigos.
-Se le ha comparado con Pedro Almodóvar, un director que también ha sufrido éxitos y fracasos con sus duras críticas...
-Bueno, no sé cuál será el futuro. Lo que sí puedo decirte es que Almodóvar es uno de mis directores favoritos. Yo quiero mejorar como director y que el público vaya a ver mis películas.
-Usted siempre ha sido un visionario. ¿Cómo se encuentra en estos momentos su carrera de director?
-Miro mi carrera sin amargura, pero me protejo. He desarrollado un gran instinto de protección por necesidad. Estoy inmerso en la producción de una serie protagonizada por Julie Le Breton y tengo otra para la televisión norteamericana de la que prefiero no dar detalles porque es pronto para hablar, pero estoy muy emocionado porque siempre soñé con un proyecto de estas características. Lo primero que escribí en mi vida fue una serie de televisión. No funcionó. Pero este siempre fue un formato que me interesó. A veces, con el cine, hay que hacer sacrificios y tomar decisiones difíciles. En la tele, es otro ritmo y otro espacio creativo. Podemos tomarnos tiempo para contar cómo son los personajes y escribir historias paralelas.
-A diferencia de compatriotas suyos de Quebec, como Denis Villeneuve y Jean-Marc Vallée, usted no ha podido dar el salto a Hollywood, aunque ha trabajado con actrices norteamericanas.
-No he tenido suerte, supongo. Yo me he dedicado a explorar temas complicados como la fluidez de género y eso me ha colgado una etiqueta. Uno de mis temas recurrentes es el amor, solo espero que la fluidez con la que la generación más joven aborda la sexualidad, el género y su identidad, se sienta más identificada con mi trabajo. Estoy en un momento de mi carrera, donde hago lo que necesito y prometo que volveré pronto con una gran historia.
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.