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La distancia más corta entre orillas
Los vecinos de Miengo y Suances pueden cruzar en verano la ría que los separa en 5 minutos
En línea recta apenas hay ciento cincuenta o doscientos metros. Como mucho. En coche, 19 kilómetros. Traducido en tiempo, también compensa ir en barco. ... De Cuchía, en Miengo, hasta Suances la embarcación que durante el verano une ambas orillas apenas emplea cinco minutos. Un automóvil necesita al menos media hora. Si hay suerte y poco tráfico o atascos, algo demasiado frecuente en época estival. El conductor debe dirigirse hasta Requejada y continuar rumbo Barreda antes de cruzar la unión del río que forman el Saja y el Besaya a la altura de la factoría de Solvay. Luego, seguir por Viveda, Hinojedo y Cortiguera antes de llegar a Suances.
La embarcación de actiTur tiene base en el puerto de Suances. De allí sale y allí regresa. Para unir ambos lados dispone de servicios, durante el verano, desde las once de la mañana y las nueve de la noche. Aunque no es exclusivo. La empresa ofrece excursiones por la ría de San Martín de la Arena y la ensenada de la playa de La Concha. Aprovechan que les coge de paso para llevar y traer pasajeros entre los dos municipios costeros. «Vienen muchos peregrinos del Camino de Santiago que han oído hablar del servicio y prefieren cruzar a Suances por la ría y así evitar el rodeo por la carretera», explica Miguel, el patrón. «También lo utilizan mucho grupos de ciclistas que recorren la provincia por la costa», añade. El billete de ida cuesta dos euros y tres y medio si es de ida y vuelta. Begoña, Víctor, junto con sus hijos, Jorge, Verónica y Daniela, son habituales todos los veranos. «Pasamos las vacaciones en el camping de Cuchía y nos gusta cruzar a Suances en barco. Es lo más cómodo», reconoce este matrimonio de Burgos. Así se evitan el tener que buscar aparcamiento para el coche.
El servicio solo se detiene cuando las mareas -sobre todo durante la pleamar y la bajamar con coeficientes muy altos- lo impiden. «Pero lo mejor son las excursiones», afirman rotundos. Los pequeños asienten.
Hay dos recorridos establecidos por si el estado de la mar impide un viaje placentero. «Salir por la barra de Suances, a veces, no es demasiado agradable. Cuando eso sucede, lo intentamos y, si vemos que la gente no lo pasa bien, damos media vuelta y continuamos el recorrido por la ría de San Martín hasta el muelle de Requejada», explica Miguel mientras trata de que el barco se menee lo menos posible. Va a intentar llegar a la Isla de los Conejos. No hay demasiada mar, pero las olas llegan anárquicas, de todas las direcciones, lo que hace que la embarcación suba y baje como en una sucesión de toboganes. En la proa, los más jóvenes se divierten y hacen bromas. Los adultos se agarran con fuerzas a las barandillas. «Para algunos es la primera vez que montan en un barco y se marean», explica Miguel mientras vira para regresar camino del canal. La excursión recobra la tranquilidad. Es el momento de José, el cocinero que reparte por las mesas el refrigerio: boles repletos de mejillones. Para beber, refrescos en jarras y vino blanco. Es otro de los atractivos.
Hora de regresar, pero antes Miguel debe arrimarse al embarcadero de Cuchía. Tiene que recoger a cuatro pasajeros. Diego y Bea, con sus hijos Paula y Mateo, que cruzaron a primera hora. Suben a bordo con ayuda de José.
Una vieja reivindicación
«Hace unos cuantos años se habló de que se iba a construir un puente para poder pasar pero aquello se debió de olvidar», cuenta Encarna, del bar Kino's en Miengo. «Nos vendría muy bien, podríamos ir a Suances a pasear o de tiendas y que ellos vinieran aquí, que también tenemos playas muy bonitas como la del Huevo Frito, Los Caballos o Robayera», afirma Antonio en el espigón.
De momento, se tienen que conformar con hacerlo en verano. También los peregrinos. El año pasado el Gobierno regional se comprometió a apoyar el camino histórico de Santiago entre ambos municipios. El antiguo discurría por Miengo y pasaba por la iglesia de la Virgen del Monte, la de Santa Martín en Mogro, la cantera de Cuchía y el embarcadero ubicado en Cudón para cruzar la ría y llegar a la orilla de Suances, en Cortiguera, para continuar por la iglesia de Santiago en Ongayo y Puente Avíos hasta Santillana. Un trazado del que existen referencias históricas desde el siglo XII.
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