El infeliz cumpleaños del Parque de las Estelas
El edificio conmemora su 20 aniversario en medio de varias peticiones encontradas para mejorar su deficiente estado de conservación
El Parque de las Estelas de Barros no está teniendo un feliz aniversario. Sus 20 años recién cumplidos pesan y, un día sí y otro ... también, es noticia por su deficiente estado. Las piedras hablan de una humedad que desborda por paredes que empiezan a ser un jardín vertical. Se nota que el edificio se pasa buena parte del año cerrado a cal y canto, lejos de lo que debería ser su principal virtud, abrirse a las personas que quieren ver de cerca y entender mejor el más importante símbolo de Cantabria, la Estela de Barros. No está sola, viaja por esa polémica constante acompañada por la rueda fragmentada, ambas piedras datadas en el inicio de la Era, como reza el informe realizado este verano por los arqueólogos Lino Mantecón y Javier Marcos.
La situación del parque viene siendo motivo de preocupación en el Ayuntamiento de Los Corrales de Buelna desde hace tiempo, motivo por el que el alcalde, Luis Ignacio Argumosa, se ha dirigido a todos los estamentos pidiendo una solución que «dignifique» continente y contenido. Entre tanto, Podemos ha movido el árbol, poniendo en marcha una recogida de firmas que pretende «salvar» las estelas de Barros de su estado de «abandono».
La formación morada apunta a la necesidad de reclamar la titularidad pública de las estelas, dado que el parque se construyó sobre suelo de la Iglesia. Esas firmas apostillarán la petición de que el Gobierno «deshaga la inmatriculación por la cual la Iglesia Católica se apropió de esas dos estelas discoideas» y «dignificar el recinto donde se encuentran», como explicó la secretaria de Cultura, Patrimonio y Memoria Histórica de Podemos Cantabria, Elsa de Miguel. En esa reclamación el coordinador de la formación política en el valle de Buelna, Javier Valderrama, ha ido más allá y ha pedido que la titularidad se resuelva ya, «por las buenas o mediante una expropiación».
Hay coincidencia en todas las partes implicadas sobre la necesidad de afrontar la mejora del Parque de las Estelas
CONSERVACIÓN
En el año 2013 llegó la reclamación de propiedad por parte del Obispado y el edificio y estelas pasaron a manos de la Iglesia
PROPIEDAD
El Ayuntamiento de Los Corrales ha pedido una solución al Obispado y a los gobiernos nacional y autonómico
RECLAMACIÓN
Afean el que las estelas estén «bajo el control absoluto del Obispado, siendo esta institución la que decide el horario, el régimen de visitas y obtiene un beneficio económico por ello». Aunque lo cierto es que la única posibilidad de ver el parque es a través de las visitas guiadas y gratuitas previa cita que organiza el Ayuntamiento de Los Corrales con permiso del Obispado y siempre que los acuerdos de Corporaciones Locales permiten contar con personal adecuado.
Con menos vehemencia pero con la misma intensidad el alcalde esgrime allá donde va la necesidad de una solución urgente. Al Obispado se le ha remitido una carta explicando la situación y ha trasladado la preocupación del gobierno local a la Consejería de Universidades, Igualdad, Cultura y Deporte, y en concreto a la Dirección General de Patrimonio y Memoria Histórica regentada por Zoraida Hijosa.
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Y a la delegada del Gobierno, Ainoa Quiñones, le ha pedido mediación ante el Ministerio de Cultura al tratarse de un monumento histórico artístico nacional.
Zoraida Hijosa ya había atendido esa petición y lo ha vuelto a hacer con la reclamación de Podemos, dirigiéndose al Obispado para tener una respuesta directa sobre situación e intenciones. Comparte la preocupación y confía en que lleguen las soluciones.
Lo cierto es que a lo largo de los 20 años de historia de ese parque ha habido de todo. En 2001 la Estela de Barros, hasta entonces a la intemperie junto a la antigua Nacional 611, se trasladó al nuevo edificio. Tras la fusión de siete piezas extraídas de los muros de la ermita de la Rueda, se le unía otra estela, la conocida como fragmentada, que durante muchos años tampoco escapó a la polémica.
El parque se cerró por primera vez a finales de 2011, para garantizar la seguridad de las dos estelas gigantes, en las que se habían detectado leves daños causados por personas que se colaban en el parque de noche.
Y en 2013 llegó la reclamación de propiedad del Obispado y el parque se cerró definitivamente. Ocho años de un contubernio sobre la propiedad del edificio y su contenido que restringe el que solo se pueda ver previa cita o a través de estrechos ventanales que evitan la obligada clausura.
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