Camargo intentará involucrar a Ferroatlántica en la descontaminación de la ría del Carmen

Ya convenció al Gobierno de Cantabria hace unas semanas. La consejería de Medio Ambiente de Guillermo Blanco se ha sumado a la causa de la ría del Carmen y ayudará -en términos que aún tienen que detallar- en la financiación de la actividad de la Asociación Ría, centrada ahora en el Plan Rialab y sus tres estaciones experimentales para estudiar la supervivencia y desarrollo de la verdolaga marina y el carrizo, una planta autóctona que, por su resistencia y capacidad de aislar los desechos, se ha erigido como el gran aliado del estuario.

Ahora que el Ejecutivo regional se ha inscrito en el club, ahora el gran objetivo del Ayuntamiento de Camargo es sumar también a la multinacional de Ferroglobe. Pero quiere ir paso a paso. Por lo pronto el equipo de gobierno quiere unir fuerzas y abordar esta cuestión junto a la consejería de Medio Ambiente. Hacerse fuerte, dejar claras las máximas de la petición y abordar la cuestión de manera conjunta. La intención es que, el día de mañana, está por ver cuándo, ambas administraciones se citen con Ferroatlántica para alcanzar un acuerdo favorable para los intereses de la ría. Uno de los principales argumentos que esgrimirá el Consistorio ya fue dicho este verano en palabras de la alcaldesa, Esther Bolado: «La empresa es una de las mayores causantes de la degradación».

Este no es el único asunto en el municipio que atañe a la compañía últimamente. El nombre de Ferroatlántica aparece a colación de un asunto distinto, concretamente por la construcción del nuevo aparcamiento de La Vidriera, en Maliaño, situado justo al lado de sus instalaciones. Aquí, y por el bien de este proyecto, el Ayuntamiento de Camargo ha solicitado a la empresa que modifique algunos detalles del cierre perimetral -una valla- que divide el terreno de la empresa del futuro parking municipal. ¿Qué pide el Consistorio? Que la empresa coloque un cerco más alto, tanto para reducir el «impacto visual» de la planta como para evitar que el polvo llegue al aparcamiento en grandes cantidades, en primer lugar; y una solución al acopio de escorias que acumula la factoría en este límite, en segundo término.

Según trasladan desde el equipo municipal, Ferroatlántica habría respondido a esta segunda demanda asegurando que tienen «dificultades para dar salida a esas escorias». Si bien se encuentran en buena calidad, afirman, no hallan suficiente obra civil en estos momentos como para proceder a la reutilización de estos materiales.