El comercio de Camargo lamenta el «doble rasero» con las restricciones en las grandes superficies
Los empresarios de Acearca exigen que los requisitos de seguridad se apliquen «por igual, no sólo en las pymes»
Las imágenes de grandes colas y aglomeraciones en las grandes superficies durante la campaña de Navidad han sentado mal entre los comerciantes de Camargo. Más ... cuando los propietarios de la Asociación de Comerciantes, Empresarios y Autónomos del término municipal (Acearca) han hecho de la aplicación de las medidas de seguridad y la pulcritud una de sus grandes bazas y valores diferenciales desde que la pandemia empezó a azotar en el municipio. «Lo que no puede ser es que haya unas medidas para los pequeños y otras para los grandes», se quejaba la presidenta de la organización, Blanca Saro, antes de lamentar la existencia de un «doble rasero».
Pasada la campaña comercial más importante del año, la portavoz no puede evitar sentir «frustración» después de comprobar las masas de gente que se han juntado en las grandes superficies del municipio y su entorno en medio de una campaña de compras sin precedentes -más todavía en Camargo, uno de los municipios cántabros de más de 10.000 habitantes que han estado en riesgo extremo por la propagación del patógeno-.
Ahí es donde el comercio camargués de Acearca quiso hacerse fuerte. Hacer de la necesidad virtud. «En el pequeño comercio no hay aglomeraciones. Estamos cerca de las casas de los clientes, las medidas se respetan siempre y no hay necesidad de hacer grandes colas», subrayaba la presidenta y representante de los comercios del valle a finales de noviembre, una semana antes de que el nuevo parque comercial, Bahía Real, comenzara a recibir clientes en sus establecimientos. «A nosotros», contraponía, «nos miran con lupa». Saro se resigna al pensar en el «máximo respeto» con el que se han cumplido todas las medidas de seguridad -«desde aforos, distancia física hasta la disposición de geles hidroalcohólicos»- para luego «tener que asistir» a «ciertas imágenes», como lamentaba.
Navidad complicada
Y más cuando los datos que ha arrojado la campaña navideña «no han sido buenos», como extrajo Saro, que traslada caídas de ventas de entre el 30% y el 70% con respecto a 2019. El tiempo no ha acompañado, pero la respuesta de los clientes tampoco ha sido la esperada. «Nos merecemos un poco más. La gente se tiene que concienciar más en serio que nunca. Los cascos urbanos se van a quedar vacíos y a oscuras, y será entonces cuando nos llevaremos las manos a la cabeza», advertía la representante comercial, que no tardó en augurar el cierre de algunos negocios.
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