Cuarenta veranos de música en Camargo
El valle recupera una de sus citas insignia en una edición tan marcada por la pandemia como correspondida por la asistencia
Basta un paseo nocturno de fin de semana por el entorno del casco urbano para percibirlo vagamente y sólo una localidad en los jardines del ... Ayuntamiento para sentirlo definitivamente. La cultura ha vuelto como nunca a Camargo. Está en la potencia de un amplificador de guitarra cuando impacta en la cara, en esas armonías corales que llegan tan hondo, en la improvisación del jazz que escruta cada rincón del interior, en la danza, en el teatro... Ya ha pasado cerca de un mes desde que el municipio recuperó no sólo una de sus iniciativas insignia y más longevas sino el empeño por seguir tomando el pulso del arte y acercar sus cualidades sanadoras a todos los públicos. El Festival de Verano celebra 40 verano de música -serían 41 de no ser por el primer año de la dichosa pandemia- y Camargo lo ha notado desde su anuncio. «Las invitaciones se agotan muy rápidamente», celebra Ana Bolado, directora del Centro Cultural La Vidriera desde hace 34 años y una de las responsables directas en la coordinación y programación de esta iniciativa -junto al edil del ramo José Salmón, la propia alcaldesa Esther Bolado y otros agentes involucrados en esta fiesta cultural-: «Verlo en marcha es una gran satisfacción».
El Ayuntamiento ha hecho un esfuerzo para que las medidas de seguridad y las reducciones de aforo no dejen de lado a los amantes de la música. A falta de espacio en los conciertos, se ha doblado la programación para que todos los melómanos y aficionados a la escena cultural puedan disfrutar del cartel, que cuenta con invitados de todos los palos: desde el bailaor Eduardo Guerrero, Pancho Varona y Viceversa en su homenaje a Joaquín Sabina, el coro de Gospel Goizargi o las prometedoras Cristina y Marta Cubas Hondal en su espectáculo de violín y acordeón. «Jazz, flamenco, danza, coros, teatro...», enumera la directora de La Vidriera, antes de recordar la infraestructura habilitadas en los jardines del Ayuntamiento y el Pabellón Cubierto de Muriedas -aquí en caso de lluvia- para acoger la programación hasta el 28 de agosto. Para hacerse una idea, en suma, el Ayuntamiento ha dedicado al festival de verano cerca de 140.000 euros en total.
«Queremos abarcar distintos géneros. No es una cuestión numérica sino de llegar a todos» | «Hay que agradecer la ejemplaridad que ha demostrado el público con todas las medidas»
La elección de artistas es otro de los asuntos en el que la responsable del centro cultural también está muy involucrada. Y si hay algo que distingue al festival camargués es que trata de «abarcar distintos géneros». Bajo esa premisa, «y sin renunciar a la calidad», Bolado y el resto de profesionales públicos encargados de diseñar el programa se han cuidado de aunar distintos estilos para esta edición tan señalada. Nuevos talentos, música tradicional de Cantabria y otras culturas... Versatilidad.
Propuestas de distintos tipos para un público con gustos diferentes. «No es una cuestión numérica sino de llegar a todos», recalca la experta en gestión cultural, antes de celebrar no sólo el éxito de las actuaciones sino la «ejemplaridad y responsabilidad demostrada por la asistencia durante todos y cada uno de los conciertos». Eso es algo que «hay que agradecer», dadas las circunstancias y todo el trabajo, en el que Bolado y el resto de responsables vienen coordinando desde inicios de año. ¿Próxima parada? 2022: «Ya tenemos muchos ganas».
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