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Una vista del color que presentaba este jueves por la tarde el arroyo Otero, justo en la frontera entre Camargo y Bezana. JUANJO GONZÁLEZ

El Seprona investiga el origen de un vertido en el arroyo Otero

Los vecinos dieron la voz de alarma el jueves por el estado blanquecino de este riachuelo entre Camargo y Bezana, que este viernes había recuperado su color natural

Javier Gangoiti

Santander

Viernes, 11 de febrero 2022, 17:06

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El color absolutamente pálido del cauce despertó todas las alarmas de los vecinos este jueves por la tarde. El agua del arroyo Otero, un riachuelo que atraviesa Camargo y Santa Cruz de Bezana, parecía pintura blanca al límite entre ambos municipios, bajo el puente que cruza la calle San Fernando de la pedanía de Igollo. El teléfono de la Policía Local de Bezana no tardó en sonar, y la llamada ya se ha traducido en una investigación del Seprona para llegar al fondo de este asunto y dirimir responsabilidades.

El Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil de Cantabria (Seprona) trabaja desde entonces para conocer el origen de esta capa blanquecina, un posible vertido ilegal que, sin ser habitual, no es la primera vez que blanquea el aspecto de este arroyo -según informan desde el Ayuntamiento de Bezana- abrazado por las zonas residenciales de la calle San Roque, negocios de todo tipo a ambos lados de la frontera y un polígono industrial como el de La Esprilla a un costado de la carretera nacional N-611. Este viernes por la mañana, tal vez por las precipitaciones de la madrugada, el cauce ya presentaba su aspecto habitual, como han podido comprobar las autoridades, los vecinos y este periódico.

Una imagen vale más que mil palabras. Las imágenes captadas y facilitadas por Juanjo González revelan la estampa con la que se toparon los ciudadanos de la zona el jueves por la tarde. «Es una auténtica pena que en pleno 2022 sigan envenenado nuestros ríos», denuncia este vecino, antes de lamentar el paradero de estos «vertidos de pinturas o disolventes» en el «mar Cantábrico». Se preguntaba: «Esto se supone que es un delito medioambiental, ¿no?».

Mientras los técnicos del Seprona indagan sobre las causas de la contaminación, los ayuntamientos de Bezana y Camargo siguen atentos a la investigación, que podría traducirse en sanciones al autor o autores por daños al medio ambiente. También en la Asociación RIA de Camargo han quedado impactados con las imágenes. «A falta de un diagnóstico que determine lo sucedido y el origen de la contaminación detectada en el arroyo Otero, esta no es más que otra evidencia de la enorme problemática de vertidos de aguas residuales a los cursos fluviales y a las rías de Cantabria. Algo que, pese a las enormes inversiones en saneamiento de las pasadas décadas, sigue siendo una de las grandes cuentas pendientes en materia medioambiental en nuestra región», observa Diego Cicero, presidente del colectivo conservacionista de Muriedas y al frente de diferentes investigaciones de ingeniería medioambiental en la ría del Carmen y de Boo, entre otros estudios.

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