El PSOE teme perder Castro Urdiales si prospera su moción de censura en El Astillero

Los socialistas castreños temen que su hasta ahora socio dé la espantada como consecuencia de un movimiento político que se está fraguando a 50 kilómetros de distancia. En concreto, la moción de censura que su compañero Salomón Martín está tratando de armar en El Astillero de la mano de PRC e Izquierda Unida. ¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro? Pues que, de salir adelante esa moción de censura, Javier Fernández Soberón perdería el bastón de mando y Ciudadanos el único municipio que gobierna. Un municipio donde pueden presumir de gestión. El temor del PSOE es que el enfado de los naranjas no se circunscriba a la normal pataleta en El Astillero, sino que esto cambie también el equilibrio de fuerzas en los tres consistorios donde ambas formaciones llevan las riendas municipales. Que, a modo de venganza 'a la madrileña', disuelvan los pactos de San Vicente de la Barquera, Marina de Cudeyo y, sobre todo, Castro Urdiales.

Frente a los ánimos y el apoyo de la dirección de Zuloaga a la Agrupación de Santander para que estudie una moción de censura que tiene pocos visos de salir adelante -ni los propios socialistas de la capital están convencidos de su éxito y de su utilidad a medio plazo-, el respaldo del líder a los compañeros de El Astillero para que hagan lo propio es mucho menos evidente. El jueves por la tarde, Zuloaga no se pronunció de forma clara en el órgano de dirección del partido, pero el asunto no pasó desapercibido. Todo lo contrario.

La tensa tranquilidad que reina en las ejecutivas que ha presidido Zuloaga en los últimos meses se rompió con un «duro y acalorado enfrentamiento» entre Salomón Martín, que no cesa en el intento por desbancar a Cs en El Astillero, y Susana Herrán, una de las regidoras más cercanas al secretario general, temerosa de que se produzca el efecto mariposa. Un cara a cara en el que también entró Pablo Antuñano, concejal castreño y líder de la agrupación local, también de la corriente oficial.

El temor del PSOE nace en la reunión que promovió esta semana Félix Álvarez como coordinador de Cs con los concejales de los municipios en los que gobiernan junto al PSOE. Es verdad que con buenas palabras y después de alabar la buena marcha de estos pactos -también el de Santander, en este caso con el PP-, advirtió del peligro de abrir la caja de Pandora. En su declaración ante los medios fue menos explicito de lo que se esperaba el PSOE y no lanzó un órdago definitivo. No dijo que la moción de censura contra Fernández Soberón significaría directamente la ruptura total con los socialistas, pero dejó la idea en el aire.

Tan es así, que ese fue uno de los asuntos que este viernes marcó la reunión que la número dos del PSOE regional, la secretaria de organización, Noelia Cobo, mantuvo con el secretario general del PSOE municipal, Salomón Martín. Un encuentro motivado por los últimos acontecimientos y por la necesidad de medir los riesgos a la hora de adoptar una determinación dentro de las filas socialistas. Más aún después de conocer que Izquierda Unida se ha brindado a mantener un cara a cara entre socialistas y regionalistas el próximo lunes, que sería el primero a tres bandas dentro de su discreta negociación, en la que la formación que lidera Leticia Martínez expondrá sus propuestas políticas.

En la Ejecutiva socialista también se habló de la postura del partido en relación a la prohibición de cazar al lobo. En Cantabria, oficialmente se opone a esta medida que sí defiende el PSOE nacional. Aquí salió a relucir un nuevo enfrentamiento. Esta vez entre el grupo de Zuloaga -con el exdelegado del Gobierno Eduardo Echevarría a la cabeza- y Javier García-Oliva, el diputado regional que rompió la disciplina de grupo -el único que lo hizo, aunque otros también entendían apropiada esa postura- y apoyó ampliar su protección como especie no cinegética.