Los vecinos donan dinero para restaurar la iglesia de Villaverde

La iglesia de Nuestra Señora del Pilar, en Valle de Villaverde, no está en sus mejores momentos. Ubicado en el barrio de La Matanza, el templo fue reformado en algunos elementos del exterior como el tejado y la portalada, pero, sin embargo, el interior estaba muy deteriorado debido a las goteras y a las humedades. Ante esta situación, el Consejo Parroquial de Nuestra Señora del Pilar está recaudando fondos para poder mejorar el estado de la iglesia, concretamente las bóvedas y otros elementos menores del interior del templo.

Según contó una miembro de dicho Consejo Parroquial, Isabel Elosua, «la iglesia ahora hace las veces de parroquia, ya que la parroquia titular es la de Santa María, pero está en ruinas y lleva caída muchos años», de ahí también la necesidad de cuidar este templo que lleva años sufriendo con las inclemencias del tiempo. «Empezaron las goteras de los tejados, las bóvedas se empezaron a humedecer y a caer parte de ellas», describió, añadiendo que el templo pertenece al Obispado de Bilbao. «Hicieron el tejado hace ahora dos años, pero las bóvedas se caían y había lamparones en el techo de la humedad que había, la escayola también está caída y hacía un efecto horroroso. Todo el mundo que entraba a la iglesia miraba para arriba. Había un cura ya mayor y ahora tenemos un cura más joven que se ha empezado a preocupar un poco. Se han mandado cartas a todos los vecinos del pueblo y también a los que viven fuera y la gente ha empezado a dar dinero y colaborar y con lo aportado nos llega para quitar todo lo que se ha caído», indicó Elosua, también vecina de Valle de Villaverde.

De este modo, se ha saneado lo que correspondía y se está esperando a que seque para poder pintar encima. En cuanto a la historia del templo, esta vecina explicó que anteriormente pertenecía al Obispado de Santander, hasta la zona de Villasana, pero que en el año 1959 pasó al Ovispado de Bilbao. «Ha coincidido que nos hizo una visita el Obispo de Bilbao y vio cómo estaba todo, las mejoras que se están realizando gracias a las aportaciones de la gente del pueblo y yo creo que eso le impactó y se ha preocupado por si podrían hacer desde el obispado el suelo, que es de madera. Son tablas que están a 30 centímetros del suelo y ese suelo es de tierra, por lo que hay muchísima humedad y la madera se está pudriendo, se levanta en algunos sitios y se hunde», describió la vecina.

Por otro lado, Elosua hizo hincapié en que la parte exterior de la iglesia no se corresponde con la interior. «Por fuera no da la sensación de que esté tan mal, porque los portales y toda la fachada se hizo hace no mucho, porque el Gobierno de Cantabria, desde Cultura dio un dinero para ello, pero con el tiempo y las humedades por dentro estaba fatal», aseguró.

Ahora, el Consejo Parroquial espera la vista del Obispado para que vean el suelo y saber qué decisión toman. «Nosotros no podemos sufragar más gastos que lo que cuesta el presupuesto de lo que estamos haciendo. Tenemos un dinero de lo que nos ha dado la gente pero del presupuesto no podemos pasar, no podemos hacer más obras», reconoció la miembro del Consejo Parroquial.

Para los vecinos del pueblo, la iglesia de Nuestra Señora del Pilar es «importante». «Puede que no tenga valor en cuanto a antigüedad, retablos... es una iglesia sencilla, normal, pero que está bien y a nosotros nos hace un gran servicio, igual que si fuera una catedral», reconoció Elosua, destacando que es grande por dentro, amplia y bonita. «Tiene un Cristo fabuloso, una talla de Cacidedo. No tiene más, pero está bien. Todavía falta por pintar, porque la bóveda que daba al coro se ha tenido que tirar y como ha salido una piedra tan bonita la vamos a dejar en su piedra. Todo lo demás que estaba desconchado está recogido y saneadas las faltas y una vez que seque lo pintaremos, esperando a ver qué dice el Ovispado de Bilbao», indicó.

«Estamos esperando a ver que pasa, esperemos que el suelo también se arregle si ellos corren con los gastos, porque va a costar un montón de dinero, hay que echar una placa de hormigón y la idea sería poner baldosa que imita a madera», concluyó Elosua.

Mientras tanto, la sacristía de la iglesia, que está reformada completamente, se convierte en templo los fines de semana, con sus correspondientes bancos, una solución que los vecinos ven con buenos ojos para que sea temporal, ya que esperan que las misas se puedan celebrar pronto en la iglesia.