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Los astillerenses cumplen una deuda con la historia naval y su Real Astillero
El primer acto homenaje organizado por la Asociación Amigos del Real Astillero incluyó el descubrimiento de una placa en honor al marino Antonio Gaztañeta
El esfuerzo de la Asociación Amigos del Real Astillero, meses atrás, por poner en valor la historia naval del municipio recogió este sábado sus frutos ... en el primer acto homenaje al Real Astillero de Guarnizo. La emoción se palpaba en las caras de quienes habían hecho posible que vecinos y visitantes revivieran el pasado glorioso de un pueblo, el suyo, que creció mirando al mar y jugó un papel clave en la conquista marítima española a bordo de imperiosos galeones. Un municipio que le debe mucho –no solo el nombre– a la historia naval española y al que ésta también le debe, al menos, un hueco señalado en los libros de texto.
Con esa creencia surgió el colectivo que estrenó el primer acto de homenaje al Real Astillero de Guarnizo. Centenares de personas acudieron a la cita, en una jornada en la que lució el sol y casi todo discurrió según lo previsto. Hubo dos únicos contrapuntos en el programa de actos, que pasaron prácticamente inadvertidos. Por un lado, el disparo del cañón de 48 libras traído expresamente desde el Museo de Artillería de La Cavada tuvo que adelantarse unos minutos al horario establecido. Y por otro, el galeón Andalucía tampoco pudo llegar al punto de atraque fijado porque la marea no alcanzaba niveles seguros. Hacía más de trescientos años que un barco de semejantes características no llegaba a esta zona marítima de La Fondona y por eso, la expectación y emoción eran máximas. Tanto, que no importó demasiado que se quedara a unos metros y que tuviera que marcharse antes de lo previsto.
Transcurridas las cinco de la tarde, las autoridades ya habían sido recibidas en la plaza que hasta ayer se conocía como la Fondona y cientos de curiosos esperaban, sentados en las sillas o agolpados por fuera de las barandillas, a que dieran inicio los actos. Al margen del disparo del cañón y de la llegada del galeón, los asistentes aguardaban impacientes por conocer esa sorpresa que se les había prometido: el descubrimiento de la placa conmemorativa al militar Antonio Gaztañeta, responsable de que el municipio se convirtiera en el epicentro de la industria de la construcción de barcos.
El alcalde, Javier Fernández Soberón, y el comandante naval de Santander, Carlos Bonaplata, fueron los encargados de descubrir la placa e inaugurar oficialmente el nuevo espacio como plaza de Gaztañeta. Precisamente sobre la figura del marino trazó su discurso Bonaplata. Conciso, el comandante habló del papel clave de Gaztañeta en la centralización de los astilleros del norte en el municipio; también de «la solidez» y «durabilidad» de los barcos que salían de los antiguos astilleros de Guarnizo y del precedente que generaría entre enemigos de la época como ingleses y holandeses, que terminaron copiando su manera de trabajar. «Fue uno de los más insignes marinos que postró su ingenio al engrandecimiento de España», dijo.
Por su parte, el alcalde habló del «orgullo» de poder rendir homenaje a «nuestro pueblo» y confió en que el de ayer será «uno de esos días que se recordarán durante mucho tiempo». Soberón ensalzó la importancia del municipio en la industria naval y se dirigió a los vecinos con un «no podemos olvidar nuestras raíces». De su lado, el presidente de Astander, Germán Carlos Suárez, destacó el «orgullo» y «privilegio» que siente al pertenecer a una empresa que, de alguna manera, es la «heredera de la tradición» naviera del municipio.
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