Los lobos matan una cabra a escasos cien metros del centro de Cabezón de la Sal
El propietario encontró al animal en la mañana de ayer en el invernal de la Fontanuca, frente a la gasolinera que hay a la entrada al municipio
Que nadie se extrañe si va a repostar a la gasolinera situada a la entrada de Cabezón de la Sal, a escasos metros del casco ... urbano, y ve a un lobo con una cabra entre los dientes en el invernal ubicado al otro lado de la carretera. Y es que por muy tópico que suene, en ocasiones la realidad supera a la ficción. Un lobo atacó en la madrugada del martes a una cabra en una finca de la Fontanuca, a unos cien metros del centro de Cabezón, frente a la citada gasolinera. Es ahí donde pasta la mitad de las cabras de Rosa Martínez -el resto lo hace en un terreno en Santibáñez-, que en total tiene catorce animales. Antes eran diecisiete, pero a dos las mató el lobo y una tercera desapareció -Rosa piensa que también se la llevaron los cánidos-.
A la de ayer se la encontró muerta y descarnada su hermano, «que es el que se ocupa de ir a darles de comer todas las mañanas». La escena se le presentó bien pronto, a las siete de la mañana, «así que imagínate qué disgusto para todo el día». Tienen animales para que les mantengan las fincas «y a mí me encantan las cabritas», dice Rosa empleando el diminutivo. Las de la Fontanuca «pasan las noches al aire libre, porque con este calor...». A las de Santibáñez, sin embargo, «las cerramos, porque de lo contrario atacan los lobos». Y es que en este otro terreno de la pedanía cabezonense hace un par de meses a Rosa dos cánidos salvajes le mataron otra cabra. «Mi hermano vio cómo el lobo se la llevaba en la boca y la arrastraba hasta sacarla de la finca». Las imágenes que describen los ganaderos son siempre espeluznantes. «Ahora la cabra está en el campo tapada con una manta en lo que llegan los operarios de Montes esta tarde», afirmaba Rosa en la mañana de ayer.
¿Cómo piensa que se están haciendo las cosas en Cantabria con respecto al lobo? «Fatal, se están haciendo fatal», opina. «Que los lobos bajen a la vera de la casas no es ni medio normal y que no dejen hacer batidas tampoco nos parece bien». Repite Rosa un discurso común en el sector. «Que el dinero es lo de menos» y que lo que supone que un lobo mate a tus animales no tiene precio. «Mis hijos no quieren salir en el periódico, pero yo creo que es mejor que lo contemos, porque así igual hacen algo, y si no que por lo menos la gente lo sepa».
No es la primera vez que se produce un ataque tan cerca del centro de Cabezón de la Sal. En el mes de marzo del año pasado, otro propietario denunciaba la pérdida de cuatro ovejas a manos de los cánidos en la zona del Conde Lara, a poca distancia de donde tuvo lugar el suceso de ayer. «Ya no sabemos qué hacer, pero lo que está claro es que así no se tienen que hacer las cosas, así no», repetía al teléfono Rosa Martínez.
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