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Javier Rosendo

La peor cara del Carnaval de Cabezón de la Sal, el botellón

Vecinos de la Pesa critican las consecuencias que sufren por el ruido y suciedad generado por los jóvenes que beben en la vía pública

DM .

Santander

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Domingo, 10 de marzo 2019, 13:40

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«Mas de 3.000 personas habría anoche aquí», dice un vecino del popular barrio de La Pesa en Cabezón de la Sal, afectado por un fenómeno imparable en los últimos certámenes del Carnaval en la villa, el botellón. Según explican, la policía no da abasto con «las hordas de jóvenes» que se acercan hasta la villa a participar de la fiesta.

El sábado noche, mientras el «multitudinario» desfile de Carnaval brillaba en la villa, el público más joven se hacía un hueco en el aparcamiento del IES Valle del Saja, y los aledaños del Poblado Cántabro, en el barrio de Tresano. La Pesa y La Losa fueron los lugares escogidos para aparcar, abrir el maletero y vivir a su manera la fiesta en la calle. Era la otra cara de la moneda de un Carnaval, que la tarde noche anterior había inundado de luz y color la villa, siendo una de sus mejores citas, según valoró el alcalde Víctor Reinoso, que lamentaba que trascendiera sólo la parte negativa. Según su versión, también fue «de las más tranquilas», en base a lo que le trasladó hoy por la mañana «la Guardia Civíl».

Pero los vecinos de las zonas más afectadas por el botellón no lo veían de esa manera tan positiva, y lamentaban, en declaraciones a éste periódico, el espectáculo de suciedad, ambulancias y olores que les había dejado la resaca. Las imágenes de primera hora de la mañana en esos lugares, también contaban otra historia, como en el caso del aparcamiento disuasorio del IES Valle del Saja.

A primeras horas de hoy domingo aún quedaban rezagados. Y aunque los locales de copas «cerraron en el horario establecido por ley», la fiesta continuó un rato. El Ayuntamiento también matizó que se realizaron controles a la entrada y salida de la villa y que hubo transporte público desde «las tres de la mañana».

Frente a las quejas por el botellón, Reinoso opinó que se trata de un problema que «se reproduce» en otras fiestas y es «común» a otras ciudades, en actividades que absorben mucho público pero que también reportan beneficios. «Sabemos que en todas las fiestas hay quien se beneficia y quien se ve perjudicado, pero si queremos que trabaje el comercio y la hostelería…», dijo. No obstante, también admitió que había cosas que se podrían valorar de cara a otras ediciones, como la instalación de más baños públicos en las calles.

Por último, el alcalde reiteró que «de todas las ediciones» vividas de Carnaval, la propia Guardia Civil le aseguró que había sido «la más tranquila». «En mi vida había visto tanta gente en Cabezón y gracias a la buena actuación de la Guardia Civil Ha sido un éxito porque no ha habido ningún problema, los chavales, dentro de lo que hay, se han portado. No ha habido destrozos de material urbano».

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