Los vecinos de Sopeña, en contra de las obras para renovar el pueblo
Se quejan porque se está «cambiando el curso natural de las aguas» y porque el adoquín «no pega con la estética del núcleo rural»
Los vecinos del pueblo de Sopeña, en Cabuérniga, llevan más de tres meses protestando por las obras que está llevando a cabo la Consejería de ... Obras Públicas en la zona de la iglesia, con las que se va cambiar considerablemente la morfología de este núcleo rural. La obra fue «licitada» en la pasada legislatura, cuando ocupaba la alcaldía el regionalista Gabriel Gómez (ahora en la oposición), «pero dieron comienzo en junio», explica el actual alcalde, Nicolás Toral (PSOE). Los vecinos, quienes se quejan de que en ningún momento se les informó sobre las obras, se encontraron con las máquinas a los pies de sus viviendas antes del verano y de momento continúan en el mismo sitio.
El suelo de hormigón es ahora gravilla sobre la que se van a colocar «adoquines de granito» y los alrededores de la iglesia ya están prácticamente cubiertos por baldosas blancas. Nuevas, pero que desentonan. Al menos eso opinan los vecinos, quienes aseguran que ya se han puesto en contacto con la Consejería para transmitir su profundo malestar con la situación. «Este adoquín de granito no pega nada con la estética del pueblo», protestan y aseguran que colocar las baldosas blancas «es hacer una masacre con el pueblo». Lo peor, más allá del aspecto, comentan, «es que han cambiado el curso natural de las aguas, lo que va a facilitar que haya inundaciones si llueve mucho». «Los desagües no darán abasto», dice bastante enfadado un vecino que tiene la obra en la puerta de casa. «Además, van a construir aceras demasiado estrechas (de 50 centímetros) donde no entran autobuses ni camiones». «Ver esto me rompe los ojos», sentencian.
Lo que no entendemos, continúan, «es por qué no nos consultaron antes de hacer la obra, ya que somos nosotros los que vivimos aquí», dicen resignados. Los adoquines de granito hacen el suelo irregular, por lo que «resultan inestables para la gente mayor y es fácil que se caiga», avisan, «aparte de que el agua va a entrar en las casas con mucha facilidad».
El alcalde explicó ayer que «cuando empezaron las obras al comienzo de la legislatura solicitamos a la Consejería algunos cambios en el proyecto», como que el adoquín no fuera de granito y que tampoco se colocasen bolardos metálicos. «Al principio nos dieron el visto bueno de palabra», pero luego nada ha cambiado y la obra ha seguido su curso según la idea inicial. Toral asegura que los cambios que pretenden introducir en la estética del pueblo «son más típicos de una ciudad como Torrelavega y resulta que luego quieren conservar el encanto de los pueblos».
El regidor socialista, que gobierna con el PP, asegura que «hemos intentado que la Consejería cambie los viales y los haga más anchos, pero han dicho que no por activa y por pasiva». Atribuye la negativa a un tema político. «Hemos echado al PRC del Ayuntamiento tras muchos años gobernando», asegura.
Los vecinos han enviado al menos un escrito al Gobierno de Cantabria para manifestar su disconformidad con los trabajos, «pero como no nos hacen caso hemos decidido hacer pancartas y colocarlas en la carretera de Sopeña para que Revilla las vea el domingo de la que va a la feria de Puentenansa».
El regidor quiso dejar claro que «como Ayuntamiento apoyamos a los afectados y entendemos su queja», aunque no ha participado en la protesta pública. Recuerda que la obra «es similar a la que se realizó en el pueblo de Valle, donde está el edificio consistorial». En su día colocaron baldosas blancas y bolardos que también despertaron las quejas de los vecinos.
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