Preocupación vecinal porque el puente viejo de Oruña «está herido de muerte»
La Consejería de Obras Públicas asegura que los trabajos iniciados por la vía de emergencia marchan al ritmo previsto
«Lo dije ya en su momento. El puente está herido de muerte». La frase con la que Ramiro Fuentes explica lo que le ocurre ... a la joya patrimonial que desde el siglo XVI une Oruña y Arce, resume la preocupación que tienen también otros vecinos de la zona. Suena a sentencia, pero recoge el sentir general de quienes tienen el puente viejo a escasos metros de su casa y han detectado un ensanchamiento de las grietas a raíz de los daños sufridos por el último gran desbordamiento del río Pas. Los trabajos de consolidación que emprendió la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Cantabria para enmendar este grave deterioro avanzan según lo previsto, pero los vecinos no pueden evitar mostrar que, todavía a día de hoy, «estamos muy preocupados».
Este desasosiego no es compartido por la Consejería de Obras Públicas que, según explicaron fuentes consultadas por El Diario Montañés, «los trabajos siguen según lo previsto», no han cesado y se centran en «asegurar los pilares para evitar que el puente se derrumbe». Es más, apostillan que las obras que se están llevando a cabo tienen una razón de ser: «Que el puente no se caiga». Una frase que suena a recordatorio, por si existiera alguna duda.
Por su parte, el Ayuntamiento de Piélagos se remite a lo que desde la Consejería se le traslada. «Todo sigue con normalidad», apuntó la alcaldesa, Verónica Samperio, quien aseguró no tener ninguna novedad al respecto.
El puente viejo ya estaba tocado. «Herido de muerte», como repite una y otra vez Ramiro. De ahí que ya hace años surgiera un fuerte clamor popular por ponerlo en valor y recuperarlo bajo el nombre de 'Salvemos el puente'. Se recogieron firmas y se repartieron carteles por los pueblos. Fueron muchos los vecinos de a pie que empezaron a involucrarse por una buena causa. La que sienten ya como suya. Y todo, con el propósito de que las administraciones competentes devolvieran la estructura a su estado original y se garantizara su preservación.
Sin tajamar, desde noviembre
Pero ese deterioro se vio agravado tras las fuertes riadas del pasado mes de noviembre, provocando la aparición de más grietas y la pérdida del tajamar -el elemento en forma de cuña que evita que el agua golpee de lleno contra la estructura-, un hecho que ha ido provocando el descalce de los cimientos.
Consciente de que era necesaria una intervención inmediata, la Consejería de Obras Públicas del Gobierno de Cantabria emprendió los trabajos por la vía de emergencia. Los adjudicó a la empresa Tragsa por un valor cercano a los 300.000 euros. Sin embargo, una vez iniciados, se dio cuenta de que los daños eran mayores y requerían de mayor inversión. ¿Hasta qué punto? Este extremo no se ha podido aclarar.
Lo que hace cerca de un mes sí puso de manifiesto el propio consejero del área, José Luis Gochicoa, es reconocer que aún con un riesgo de colapso más inmimente del previsto, «afortunadamente, se había llegado a tiempo». El titular del área fue contundente al afirmar que el puente se iba a salvar. Y en ello están desde su Consejería.
Ensanchamiento de grietas
Sin embargo, desde las riadas, y conforme ha ido avanzando el tiempo, también lo han hecho los temores de los vecinos que, ojo avizor, han ido 'midiendo' con escrupulosa atención y constancia el ensanchamiento de cada grieta, la proliferación de agujeros en las piedras de sillería y el desprendimiento de una serie de piezas de los pilares.
Lo único que tienen en su mano para certificar que su preocupación sí está bien cimentada es una serie de fotografías que han tomado desde su teléfono móvil, en un intento de constatar la magnitud actual del deterioro; con la esperanza de que sus peores presagios se queden solo en eso.
El puente viejode Oruña data delaño 1585 y está catalogado como Bien de Interés Cultural
«Queremos que se repare, que se mantenga a salvo», explica Enrique Torre, exalcalde pedáneo de Oruña y también de Piélagos, que vive ya alejado de la política. Habla como vecino y lo quiere dejar claro para lanzar después un ruego: «Ruego a las autoridades que arreglen el puente y que den información de qué es lo que está pasando».
La actividad que mantienen los operarios también es objeto de análisis por parte de los vecinos, convertidos ya en centinelas. De hecho, el comentario que más se comparte es que hay días sin apenas actividad. Y eso también preocupa. «Hoy había unos cuantos, es cierto, pero otros días parecía que los trabajos estuvieran parados», advierte Ramiro.
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