El control de acceso para evitar la masificación en el Faro del Caballo se enfría a las puertas del verano
Cantur afirma que hay que incluir a la Dirección General de Biodiversidad en el convenio de cesión ya firmado porque son los técnicos de Medio Ambiente los que pueden vigilar un espacio público
El reclamado control de acceso al Faro del Caballo, en Santoña, para evitar la masificación de visitantes en este enclave natural, se ha enfriado a ... las puertas del verano. Hace dos años que la Autoridad Portuaria de Santander, el Ayuntamiento de Santoña y Cantur firmaron un convenio de colaboración de cesión de uso de este dominio público que contemplaba, entre sus fines, la regulación de turistas en este famoso rincón. Sin embargo, poco o nada se ha avanzado en la práctica para implantar un sistema de cita previa que preserve este espacio y, a la vez, reduzca las constantes imprudencias que cometen los excursionistas y que, en el peor de los casos, acaban con los rescates del helicóptero del 112.
A tres semanas de alcanzar julio –siempre se ha dicho que el control de acceso funcionaría en julio, agosto y parte de septiembre –ni Cantur ni el Ayuntamiento de Santoña confirman a este periódico que vaya a estar activo este verano. Aunque tampoco lo niegan. Se enrocan en la respuesta de que están trabajando en ello sin dar plazos concretos. Y, eso, que el calendario para implantarlo a 1 de julio juega más bien en su contra. Se precisa contar con una plataforma digital para gestionar las reservas previas, así como disponer de personal in situ que vigile que aquellos que accedan han realizado el trámite. Apenas hay margen suficiente para poner todo eso en marcha, teniendo en cuenta que han pasado dos años y la medida sigue prácticamente igual que cuando se anunció. Plasmada en un papel.
Desde Cantur, a interpelaciones de El Diario Montañés, apuntan a un contratiempo en el convenio de colaboración suscrito en su momento. Dicho documento, dicen, «no recogía la contratación de personal por parte de Cantur». A lo que añaden que esta empresa pública «no puede contratar a personal que no vaya a trabajar en una instalación de Cantur».
Hasta ahora, lo que se había pretendido es que trabajadores de Cantur se encargaran de regular en el mismo paraje la llegada de visitantes. De hecho, el anterior Gobierno de Cantabria (el bipartito PRC-PSOE) encargó la construcción de una caseta de madera, que se instaló a finales del año pasado, justo antes de comenzar los 763 escalones de descenso a la torre. Ahora, insiste Cantur que «nadie que contrate el Ejecutivo regional puede tener capacidad para vigilar o controlar a las personas que circulan por un espacio público, salvo los técnicos de Medio Ambiente». Es por ello, que se va a incluir una adenda al convenio para que también figure en el mismo la Dirección General de Biodiversidad.
¿Y en qué punto se está ahora mismo? Desde Cantur responden que están trabajando con el Ayuntamiento de Santoña para la firma de la adenda. Y será cuando esté rubricado, «cuando pondremos en marcha una aplicación para las reservas previas y se trabajará en ella». En su momento, la anterior Consejería de Turismo habló de limitar el acceso a 300 personas al día, aunque esta cifra no figura en ningún documento.
Sobre si llegarán a tiempo para que este verano el Faro del Caballo no siga sufriendo las consecuencias de una masiva afluencia, no hay un pronunciamiento concreto. Desde Cantur se limitan a indicar que «todo va a depender de cuando se firme la adenda del convenio. Se va a trabajar lo más rápido posible, pero no se puede precisar una fecha».
Por su parte, el alcalde de Santoña, Jesús Gullart, señala que la regulación de turistas en el faro «va a depender de la solución que, al final, veamos para el control», que espera «esté lo más pronto posible». El regidor omite en sus declaraciones el contratiempo que va a obligar a firmar otra vez el convenio. Sostiene que será Cantur la que «tendrá que encargarse de gestionar las reservas y el control de acceso» y asevera que se está trabajando y avanzando en el desarrollo de la plataforma de gestión de las mismas. «Estamos en la fase de análisis de la plataforma para saber qué requisitos vamos a solicitar». Unas palabras que no coinciden con las del Gobierno de que aún no se ha puesto en marcha la aplicación.
«Parálisis absoluta»
El portavoz socialista en Santoña, Sergio Abascal, impulsor de este medida la pasada legislatura, reprocha la «parálisis absoluta» que sufre: «Lo están dejando morir». Tiene claro que no habrá control este verano y alude a falta de entendimiento entre Cantur y Ayuntamiento. Explica que en comisión de Medio Ambiente, cuando el PSOE ha preguntado por el tema, el equipo de gobierno ha manifestado que Cantur «no va a asumir el coste de contratar personal, ya que les dicen que solo puede contratarlo para sus espacios». Aspecto que rechaza Abascal. «La zona donde está la caseta para el control y las escaleras son de titularidad pública al pertenecer al Gobierno de Cantabria y, por tanto, puede autorizar a Cantur la gestión de uso».
Santoña solicita permiso para el derrumbe controlado de tres rocas con riesgo de caer a los escalones del faro
El Ayuntamiento de Santoña ha solicitado las autorizaciones necesarias a la Dirección General de Montes y Biodiversidad para proceder al derrumbe controlado de tres rocas que corren el riesgo de desprenderse y caer en los escalones de acceso al Faro del Caballo. El alcalde, Jesús Gullart (Santoñeses), explicó que se está llevando a cabo un seguimiento de estas grandes piedras –una tiene un diámetro de metro y medio– observándose en el último medio año que cada vez hay más peligro de que se suelten del monte. Con el fin de garantizar la seguridad y evitar desgracias personales, el Consistorio ha trasladado, mediante un informe, la situación a Biodiversidad y ha solicitado que, con la mayor urgencia posible, le otorgue los permisos para ejecutar la intervención. «Ya tenemos contratada a una empresa de trabajos verticales experta en el medio natural para llevar a cabo los trabajos lo más rápido posible». Independientemente, de que sea verano o no. Y es que. precisamente, en vista de la masiva afluencia de público a este espacio natural en temporada alta, se quiere eliminar este riesgo cuanto antes. Así, Gullart apunta que nada más llegar el visto bueno de Biodiversidad se cerrará el paso al faro, anunciándolo con la correspondiente cartelería en el lugar. La empresa se encargará de eliminar las rocas y de limpiar los restos que caigan en la escalera.
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