La cruz vuelve a coronar el pico Buciero de Santoña

La cruz vuelve a coronar el pico Buciero del monte de Santoña. El mismo vecino, Paqui Clavero, que la puso por iniciativa propia hace 30 años, con la colaboración de sus hijos y amigos de estos, la ha restaurado y colocado de nuevo después de que un fuerte temporal tumbara la estructura a finales de noviembre. Al igual que la primera vez, lo ha hecho de forma desinteresada y sin afán de protagonismo. De hecho, pocas personas sabían que Clavero estaba detrás de este símbolo. No obstante, su hijo Curro quiere explicar a los vecinos cómo se ha llevado a cabo la reparación y aclarar algunos aspectos para evitar cualquier controversia.

Cuenta que desde se cayó la cruz han sido muchos los santoñeses, conocidos y no conocidos, que «han parado a mi padre por la calle pidiéndole que la arreglara o que pusiese otra nueva, y ofreciendo su disposición y colaboración en lo que hiciera falta». Una reacción que le hizo ser consciente de la «gran importancia» que había adquirido entre los vecinos que la ven como un «símbolo del pueblo».

A la vista de esta respuesta y como nadie del Ayuntamiento se puso en contacto con él, Paqui subió al pico para revisar in situ el estado en que había quedado. Allí, comprobó que «se podía salvar y restaurar gran parte de la estructura, y lo que era más importante, que se podía levantar sin añadir nada a lo colocado en origen hace años». Sabiendo esto, y con la ayuda de algunos de los que colaboraron hace tres décadas, el pasado 27 de diciembre volvió a levantar la cruz restaurada en el mismo punto. «Mi padre tuvo la idea en 1989, financió el material, la hizo, le ayudamos a ponerla, se ha caído, la hemos arreglado, y la hemos vuelto a levantar».

La actual, aclara, es la que estaba pero reparada. «Mi padre ha hecho lo que ha podido para arreglarla. Ha quedado más pequeña que la original y no va a durar otros 30 años, pero aun así es mejor que nada». Esto, subraya, no es impedimento para que se puede realizar una nueva. A este respecto, Paqui muestra su total disposición a ejecutarla si le proporcionan los recursos necesarios. «Para que no le cueste dinero al pueblo y no haya que encargar su construcción a una empresa, si el ayuntamiento quiere y pone los medios, mi padre estaría dispuesto a poner su trabajo para hacer otra nueva mejor que la original».

Padre e hijo son conscientes de que a mucha gente les hubiera gustado colaborar pero no han podido hacerlo. «Agradecemos todos los ofrecimientos de ayuda y sentimos mucho si hay personas que se han sentido defraudadas por no poder participar». Pero, explican, «la zona en donde se ubica la cruz no es un sitio muy seguro para trabajar. Hubiera sido peligroso y caótico si hubiera subido mucha gente, por eso sólo lo hicimos con las personas más allegadas». En cualquier caso, esperan que todos los santoñeses sigan viendo la cruz como «algo de todos y como un símbolo del pueblo, al igual que lo han hecho en los 30 años anteriores».

Y es que no quieren que algo tan bonito sea objeto de polémica. La empresa privada 'Buciero Natura' planteó tras caerse la cruz una iniciativa popular para volver a colocarla entre los vecinos y con el respaldo del ayuntamiento. «Lo que nosotros hicimos ya es una iniciativa popular, porque viene desinteresadamente de personas del pueblo (sin coste para las arcas locales) y no de una empresa privada». Además, creen que «lo lógico hubiera sido contactar primero, aunque sea por deferencia, con la persona que tuvo la idea, la que la hizo, la que la puso, y sin la cual nunca hubiera habido cruz».