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El kilómetro del Pasaje de Santoña, lugar de los primeros paseos
En las primeras horas los paseantes han sido los más numerosos. Solos y por parejas. Los menos con mascarillas
El Pasaje, en Santoña, ha vuelto a sentir las pisadas de cientos de vecinos. El paseo a la vera de la bahía ha sido el lugar preferido -y el que se encuadra para la mayoría de habitantes dentro de ese kilómetro permitido - para estirar las piernas este primer día de desescalada.
La afluencia ha sido muy numerosa desde primera hora de la mañana aunque ello no ha sido impedimento para guardar la distancia de seguridad. El comportamiento responsable ha sido la tónica predominante.
«Hay mucha gente pero no se forman corros», le describía un vecino que terminaba la ruta a una pareja que iniciaba el paseo a la altura del puerto y quería saber cómo estaba la situación. La breve conversación a dos metros de distancia. Igual que los saludos, las sonrisas y los guiños de los que se reencontraban.
En las primeras horas los paseantes han sido los más numerosos. Solos y por parejas. Los menos con mascarillas. Entre ellos, se han hecho hueco los corredores y algún que otro ciclista con bici de montaña y de paseo. Una de las vecinas más madrugadoras ha sido Azucena Colina. A las 7.30 horas ya estaba lista para reencontrarse con su querido Pasaje. «Tenía unas ganas tremendas. Me he despertado cada dos por tres por la noche y he estado pendiente reloj para que no se me pasara la hora», ha contado con una amplia sonrisa. La caminata le ha sabido a gloria.
«He aprovechado para hacerme el paseo entero. Desde el puerto hasta la virgen. No me ha importado madrugar porque ha valido la pena. Con este rato que nos dejan salir me conformo». Reconoce que este primer día de descofinamiento ha visto «mucha más gente» que otras veces por el Pasaje y «aún más con este día soleado, pero todo muy bien, guardando las distancias y no hay grupos».
A las diez de la mañana, toque de queda para los adultos, aún se veía algún vecino de esta franja horaria andando– es el aspecto que más ha costado cumplir a rajatabla- mientras iban apareciendo los mayores de 70 años, aflojando el bullicio y dando paso a caminatas más tranquilas y relajadas.