Vecinos de Liérganes rechazan que se retiren los honores a Camilo Alonso Vega

Camilo Alonso Vega, hasta la fecha, sigue siendo hijo de Liérganes. No porque naciera ahí −era gallego−, sino porque su Ayuntamiento decidió reconocerlo como hijo adoptivo en 1970. Fue en un acto en el balneario de la villa, donde el ministro acudía fielmente cada verano a tomar las aguas, y en el que se le hizo entrega de dicho honor junto a la Medalla de Oro. «Era un apasionado de Liérganes, y colaboró en su promoción en la capital», explica Pilar Cobo, una de las residentes del municipio indignada ante la posible retirada de dichas distinciones. Por su parte, el integrante del grupo más veterano, José María Bordas, de 82 años, recuerda que «cuando él venía se daba un paseo todos los días hasta Rubalcaba» y otro de ellos, Rafael Lastra, añade que «todo el mundo hablaba bien de él».

Si por algo se apreció en Liérganes la figura del que, sin duda, fue su veraneante más insigne, fue por los diversos proyectos que sufragó en el lugar, tal y como recoge la propia moción que el equipo de gobierno ha presentado para la retirada de los honores. Los vecinos insisten en que «antes de que llegara había mucha pobreza, se vivía únicamente de la ganadería, y por sus visitas comenzó a impulsarse el comercio». Asimismo, concretan que, entre otras cuestiones, invirtió en «la traída de aguas, en el paseo del Hombre Pez, el mantenimiento del ferrocarril y, además, dio recursos a familias».

Los vecinos no quieren politizar. «No creemos que sea una cuestión de colores, sino de valores de la persona», remarca María Josefa San Emeterio. A su vez, piden que el Ayuntamiento de marcha atrás no sólo en lo referente a los honores a Camilo Alonso Vega sino también el derribo de la cruz a los caídos ya que, defienden, «representa a los dos bandos» y «es parte de la historia del pueblo».