El Ayuntamiento mantendrá la fórmula actual de tráfico por la calle Cervantes
La circulación ha bajado por este vial tras la remodelación mientras que la calle Lealtad absorbe ahora mil vehículos más al día
El Ayuntamiento no tocará, por el momento, la fórmula de tráfico establecida para la calle Cervantes tras su remodelación. El vial quedó abierto a la circulación hace justo dos meses (el 7 de enero) ... con un único carril para vehículos frente a los dos que había anteriormente, lo que creaba dudas sobre si, por el hecho de ser una ruta 'de salida' de la ciudad (Cervantes comunica la zona alta con la calle Castilla a través del Pasaje de Peña) se convertiría en un atasco permanente. Por este motivo, el Ayuntamiento encargó un seguimiento del volumen de coches al Grupo de Investigación de Sistemas de Transporte de la Universidad de Cantabria que, a día de hoy, establece que por el área en cuestión - no sólo por esta calle- han dejado de pasar de 2.500 a 3.000 vehículos al día respecto a los que transitaban por esa calle antes de la reforma.
Los datos que manejan los expertos de la Universidad explican que el tramo renovado de la calle Cervantes (entre Cisneros y Jesús de Monasterio) soporta actualmente unos 5.000 vehículos al día frente a los más de 9.000 de antes de las obras, en parte porque hay conductores que, mientras se prolongaron estas, buscaron circuitos alternativos y no han vuelto, y, en parte, porque hay un porcentaje de tráfico que ha sido absorbido por las vías de alrededor. La calle Lealtad ha sido la más damnificada: soporta ahora el paso de mil vehículos más al día que con el modelo precedente. También ha subido ligeramente la presión por la calle del Mercado, donde se ha pasado de contabilizar 3.200 vehículos al día a 3.500.
LOS NÚMEROS
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65.00 vehículos al día soporta hoy la calle Lealtad. Antes de la remodelación de Cervantes, pasaban por ella 5.500.
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3.000 coches han dejado de elegir diariamente esta zona -y optando por otras rutas- desde que se iniciaron las obras.
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300 automóviles más pasan ahora por la calle del Mercado. Antes circulaban por allí 3.200 vehículos.
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1.700 conductores menos circulan por la calle Guevara desde que se acometió la reforma.Muchos optan por Lealtad.
Pero otras calles están registrando un menor número de automóviles, como Guevara, Vía Cornelia y Cisneros. Antes de acondicionarse el último tramo de Cervantes, por Guevara circulaban 8.000 coches diarios, mientras que hoy sólo pasan 6.300. En este vial los investigadores han detectado que algunos vehículos que antes bajaban por ella y cogían Cervantes ahora se desvían por Francisco de Quevedo hasta la plaza de Los Remedios y luego siguen por Lealtad. En Vía Cornelia se ha reducido la presión de 5.000 a 3.500, mientras que en Cisneros antes se veían 2.700 coches por jornada que se han reducido en 500 menos en la actualidad.
El estudio realizado señala, además, que se mantiene el tráfico prácticamente igual en este lugar que durante el corte de Cervantes, lo que se debe a que el desvío por Florida-Rubio sigue captando el tránsito de antes: unos 750 vehículos por día.
«Estabilizado a la baja»
César Díaz, primer teniente de alcalde de Santander, subrayó ayer que, debido a que la intensidad de tráfico en todo el perímetro «se ha estabilizado a la baja» respecto al tiempo anterior a la intervención de Cervantes, la idea es no introducir modificaciones, si bien se seguirán haciendo mediciones por si en el futuro hubiera que hacer algún ajuste. «Es cierto que ahora hay momentos puntuales en los que la fila de coches de Cervantes llega hasta Cisneros, pero son picos concretos en horas muy concretas», señaló. Los datos dicen que, en general, se «registran menos coches» porque hay conductores «que han cambiado de hábitos».
Los santanderinos tuvieron casi cuatro meses para acostumbrarse a no atravesar Cervantes para entrar en el Pasaje de Peña. El acondicionamiento del vial empezó en los primeros días de septiembre (en cuanto bajó la oleada de turistas del verano) y se volvió a abrir al paso de los conductores residentes en la calle a primeros de enero. El Ayuntamiento invirtió más de 1,2 millones en reconvertir una vía estrecha y comida por los coches en otra con una imagen totalmente nueva, aceras más anchas y accesibles, más atractiva para el paseo, en la que se da una visibilidad mucho mayor al comercio, con arbolado y los contenedores de residuos soterrados.
El proyecto había nacido con polémica mucho antes, ya que la primera intención del Consistorio fue peatonalizarla, un plan que se desechó pronto porque no se consideró del todo viable y por la presión ejercida por colectivos vecinales y profesionales, como los taxistas.
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