Cuenta atrás para la reforma de La Magdalena
La constructora ya está haciendo catas en los edificios y trabajos previos. Se espera que las obras empiecen, con retraso sobre lo previsto, en un par de semanas
Por el momento, se están haciendo catas y trabajos previos. Pero la obra está ya a punto de iniciarse: en un par de semanas empezarán l ... a reforma del Palacio de La Magdalena y el Paraninfo, un proyecto que lleva asociado la reapertura de la Casa de los Guardeses, que albergará tanto las dependencias de la dirección de la entidad como una oficina de turismo. Ayer, operarios de la constructora a la que se ha adjudicado el proyecto realizaban mediciones y tomaban medidas para instalar desde el lunes el vallado que limitará el paso de visitantes en el edificio principal. De momento, se siguen atendiendo los recorridos turísticos, inclusive los del puente de diciembre.
Casi 25 años después de la última intervención general -que se acometió entre los años 94 y 95-, la rehabilitación de los tres inmuebles tendrá que desarrollarse literalmente contra reloj porque la reforma tendrá que estar terminada para el verano que viene. Por este motivo, se tasaron los plazos todo lo que se pudo y se impusieron a la adjudicataria (Dragados) diez meses de ejecución. Desde principios de este año se había previsto arrancar la construcción en cuanto el personal de la Universidad Menéndez Pelayo se marchara tras el ciclo académico veraniego, aunque finalmente se ha retrasado unas semanas.
Las operaciones preliminares se han empezado por la Casa de los Guardeses, confirmaron fuentes municipales. Este caserón, cercano a la entrada del parque de La Magdalena, lleva tiempo desocupado y, aunque exteriormente su aspecto es correcto, el interior se encuentra bastante deteriorado. No se interviene en él desde que en el año 2012 lo arreglaron los alumnos de la Escuela Taller de Santander. La última vez que tuvo utilidad fue para acoger una tienda con materiales promocionales del Mundial de Vela de 2014, para lo que abrió al público una de las estancias de la planta baja.
Las operaciones preliminares han comenzado en la Casa de los Guardeses
La casa cuenta con 268 metros cuadrados, repartidos en dos pisos. Dispone de cuatro puertas de acceso y 26 ventanas de doble hoja, algunas de las cuales se encuentran muy dañadas. Con el proyecto actual se respetará su apariencia externa y se remodelará por dentro por completo: una parte del espacio se convertirá en la primera oficina inteligente de Santander de información turística.
En el Palacio, la restauración será de enjundia. Se le van a cambiar al edificio todas las tripas, léase el sistema de la climatización, de luces, las tuberías y la red de detención de incendios, además de las conducciones que tienen que ver con los servicios audiovisuales (megafonía, proyecciones e, incluso, se implantará un sistema de luces que se podrá utilizar para representaciones teatrales en el Paraninfo).
También se cambiarán las cocinas, que están muy deterioradas y se insonorizará mejor el comedor, que lleva años adoleciendo de exceso de ruidos. Otro avance será la conversión en una sola sala de las dependencias conocidas como Madrazo y Bringas: la pared que las separa se sustituirá por un tabique móvil, lo que ofrecerá una gran flexibilidad a la hora de redistribuir los espacios a conveniencia de los actos que se programen. Se repondrán todas las ventanas -que pasarán a ser de aluminio- y los suelos que están más deteriorados se renovarán. En el exterior, se cambiarán las farolas. Las elegidas como recambio de las actuales tendrán asientos en la base.
En el Paraninfo, aparte de lo ya citado, se harán dos intervenciones importantes. De un lado, se construirán servicios para que puedan acceder las personas con movilidad reducida. De otro, se van a reemplazar la moqueta y todas las butacas, aunque se han elegido unas muy similares a las actuales y el cambio de imagen general no será drástico.
El Ayuntamiento se va a gastar más de 2,5 millones de euros, una cantidad sensiblemente inferior a la presupuestada en la licitación, ya que el concurso de la obra salió por 3,3 millones. Seis grandes empresas del país pelearon por el contrato y Dragados se llevó el gato al agua.
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