El epicentro comercial de Santander acusa el golpe
El comercio minorista, que ya sufría antes del covid, se enfrenta a una de las más duras campañas de invierno con cierres y traslados
Con el final del confinamiento, seguido de unos meses de verano con una elevada tasa de ocupación turística, los comercios minoristas del centro de Santander ... registraron ventas por encima de sus previsiones. Pero una vez pasada la temporada estival, en estos momentos planea sobre muchos de ellos la duda de si aguantarán, mientras que otros ya han cerrado o están en busca de rentas más bajas.
El panorama en el epicentro comercial de la ciudad se resume en «poca gente por las calles y clientes a cuentagotas», de lo que no se salva ni la calle comercial más potente, que es Juan de Herrera, donde «a las seis de la tarde parece la boca del lobo. Se ha terminado el 'me voy de compras' y ahora los clientes si acuden es para algo en concreto. No entra nadie a mirar ni a probar», apunta la encargada de una firma de moda nacional.
En un recorrido por el centro de la ciudad se observan muchos carteles anunciando el cierre por liquidación, escaparates con la persiana bajada y avisos de traslado. «Muchos comerciantes tienen intenciones de buscar locales más pequeños y menos gastos, pero no es fácil dar el paso porque pueden tener hecha ya su publicidad y las bolsas, y existe miedo a que sus clientes no sepan dónde están», explica Gonzalo Cayón, secretario general de Coercán, la Federación del Comercio de Cantabria.
«Nos trasladamos de Miguel Artigas a un local en la calle Lealtad con más visibilidad y un 25% más barato que antes de la pandemia»
Pedro Salgado - Propietario de la tienda Cross
La situación desde el inicio de la pandemia ha complicado la rentabilidad de los minoristas, que ya antes acumulaban problemas achacados a la falta de aparcamiento, la competencia de las grandes superficies, la actualización de rentas o la falta de desarrollo por internet. «Desde marzo está siendo muy difícil, las ventas están muy perjudicadas. Por suerte, muchos titulares han ajustado el alquiler a las nuevas reglas de mercado, han identificado que no se podían mantener esas rentas. Aunque, tristemente, no todos». apostilla Cayón. Con la bajada de alquileres, algunos comercios han encontrado «buenas oportunidades» optando a precios más asequibles que antes de la pandemia en zonas comerciales fuertes. Este ha sido el caso de la tienda Cross, de moda de mujer. Después de cinco años instalada en Miguel Artigas, da el salto a Lealtad, en el local antes ocupado por la perfumería Manso, que ha cerrado.
«Nos trasladaremos a mediados de noviembre. He firmado un alquiler un 25% más barato de lo que se pedía antes. Creo que es un buen momento porque la ubicación incide notablemente en las ventas y pasaremos de una vía secundaria a estar en la misma calle donde se han instalado firmas conocidas a nivel nacional, que crean zona y todos nos beneficiamos», destaca Pedro Salgado, al frente del negocio, que apuntó que la calle Miguel Artigas «adolece con el cierre de locales». El último, la tienda de regalos Kristal, que durante décadas ha ocupado dos plantas del edificio que hace esquina con Cervantes.
«Proponemos establecer una red de inspectores que certifiquen el cumplimiento de las medidas sanitarias en los establecimientos»
Agustín Ordejón- Gerente del Casco Viejo
La tienda también del sector textil Dmony, se trasladó de la calle del Martillo a Hernán Cortés, una calle revalorizada para el comercio, pero lo hizo justo una semana antes del confinamiento, en marzo, lo que le perjudicó a la hora de darse a conocer. «El batacazo ha sido monumental, ya que habíamos trabajado mucho para la nueva apertura y nos pilló el confinamiento, de modo que nadie sabía qué había sido de nosotros. Hemos realizado una gran inversión y luchamos para seguir adelante, pero la situación es complicada. Al no haber eventos, la gente no compra ropa», explicó su propietaria, Mónica Andrés. «Santander se quedará a oscuras cuando apaguemos las luces de nuestros escaparates», aseguró la autónoma.
Desde el confinamiento muchos arrendadores han condonado las rentas unos meses o aplazado mensualidades. En otros casos, se han cobrado la fianza y ahora tendrán que reponerla en los próximos meses. Los comerciantes reclaman al Ayuntamiento «ayudas para el alquiler y una campaña de Navidad que, por lo menos, tenga luces». También piden «las calles limpias y con plantas en las jardineras», añaden desde la Asociación de Comerciantes de la calle Rualasal.
«Muchos titulares de locales se han ajustado a las nuevas reglas del mercado; otros, tristemente, no»
Gonzalo Cayón- Presidente de Coercán
La tienda de moda de mujer La Moi también se ha trasladado de la calle Arrabal a San José, junto a la Plaza del Príncipe. «Nos hemos mudado a un local más pequeño, pero con mayor visibilidad», explicó la encargada. «El textil es un sector muy afectado. ¿Acaso te vas a comprar un abrigo para quedarte en casa? En las tiendas de moda vivimos el día a día. Los clientes gastan con más cuidado y con el miedo de que nos van a volver a confinar en cualquier momento. Afortunadamente, hay gente muy involucrada con el pequeño comercio», aseguró.
Inspectores de comercio
La Federación de Pymes del Comercio de Cantabria, Fepycan, y el Casco Viejo de Santander han solicitado una serie de medidas concretas a la Dirección General de Comercio y Consumo del Gobierno de Cantabria para relanzar las compras en el centro. Entre ellas destaca la petición de incorporar inspectores de comercio que vigilen el cumplimiento de los protocolos sanitarios en los establecimientos para devolver la confianza a los clientes.
Agustín Ordejón, gerente del Casco Viejo, explica que sería muy efectivo «distinguir con un sello oficial a los comercios que garanticen la seguridad al máximo cumpliendo la normativa, ya que la desconfianza hace que los clientes no entren a consumir, ni si quiera a consultar. Sería beneficioso establecer una red de vigilantes que garanticen la calidad y el estado sanitario del establecimiento y que se pueda visibilizar mediante una pegatina certificadora», señalan.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión