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Pasacalles con música y color
Las peñas disfrutan a lo grande del inicio de las fiestas
En un bote de Cola Cao llevaba su «pócima mágica» –calimocho– uno de los integrandes de Los Hijos de Julio. La fiesta estaba asegurada. Desde ... antes de las cinco y media de la tarde, la Plaza del Ayuntamiento de Santander lucía largas colas en busca de conseguir el pañuelo azul conmemorativo de la Semana Grande 2025. Fotos con las Gigantillas, el mítico Tiovivo Ecológico en funcionamiento y los pintacaras para los peques. Y a eso de las 19.00 horas arrancaba el pasacalles de las peñas, desde Puertochico y con un destino final fijado entre ceja y ceja: el chupinazo. Rocío Bolado y Eva Calderón, también de Los Hijos de Julio, aún no sabían del todo bien cómo iba el asunto: «Somos nuevas nuevísimas, es nuestra segunda vez», decían entre risas. «El año pasado nos encantó, hemos repetido y el que viene también volveremos». Con las nubes oscuras como decorado especial del desfile, estas dos peñistas se atrevían con todo: «Aunque llueva vamos a aguantar, haya agua o pase lo que sea». Y tuvieron suerte. No hizo falta mojarse para disfrutar del comienzo de las fiestas. Al menos, hasta pocos minutos antes del chupinazo. Su peña estaba a tope. Coreaban los cánticos del Racing, corrían alrededor de la rotonda del Paseo Pereda... Unos de los claros protagonistas de la tarde.
Los Callealteros tampoco querían quedarse atrás y para ello, estaban de sobra preparados. «José, pon el cuatro por cuatro», gritaba uno de ellos al comienzo del pasacalles. Así –o «todoterreno»–, llamaban a su carro. Rodeado por una lona negra, con un ordenador, una mesa de música y un altavoz. Manuel Morante hacía de DJ y pinchaba las canciones. Música «de calidad», como él mismo apuntaba. «Unas palmitas ahí esa gente de fuera», gritaba. Morante tenía el micrófono en su poder y animaba a los de su peña y a todos los espectadores que desde la acerca seguían con atención el desfile. Para su compañero Jony Palacios era su sexto año. «Cada vez más gente, cada vez más peñistas, cada vez más todo, es increíble», relataba el joven callealtero.
«Es una criminal carita buena pero mala. Que alguien saque a bailar a la morocha». 'Ai se eu te pego' de Michel Teló. E incluso, versiones personalizadas del clásico «un elefante se balanceaba sobre la tela de la araña». Temas de ayer y de hoy. Gran repertorio de música que inundaba el recorrido y desataba la ilusión tanto de los jóvenes, como de los más pequeños y también, de los mayores.
Gran repertorio
Además de las veinticinco peñas oficiales que este año darán sentido a las Fiestas de Santiago, también decoraban el desfile varios mozos y mozas con trajes regionales y el más que habitual circo Quimera de Raúl Alegría –llevan catorce años con el recorrido– con su última temática de 'Viva México'. «Siempre venimos con mucha emoción y esta vez, sobre todo con la ilusión de que gente de otros países como México, Cuba, Alemania y Francia puedan vivir el ambientazo de mi ciudad», decía Raúl. «Espero que haya mucha diversión y siempre con responsabilidad».
Tampoco faltaron las charangas. Los Ronceros, San Juan de Colindres, Kali-Kali y Bizuka. Andrea Hidalgo y Enrique Sanz, componentes de la última charanga mencionada, detallaban que había «ambientazo y que siempre es un honor que nos inviten al comienzo de las fiestas». Han tocando en las cuatro últimas ediciones. «Venir al norte, con este tiempazo y de fiesta es inmejorable», resumían.
Ni los colores. El morado de Orujo X-Trem, el verde de La Pera, el negro y amarillo de Los Otros, el rojo de Los Vividores y el azul y rosa de los Bonitos del Norte, entre otros. Una tarde fantástica que daba pie a un chupinazo que finalmente sí tuvo como invitada a la lluvia. O lo que es lo mismo, el comienzo de once días de intensa fiesta santanderina.
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