Un hombre de 66 años muere por inhalación de humo en un incendio en una vivienda de Cazoña
También resultó herida grave su madre, una mujer de 93 años que permanece ingresada en el hospital Valdecilla y que dormía en otra habitación en la que según fuentes policiales pudo originarse el fuego
Eran las tres de la mañana cuando Adriana oyó a alguien aporrear la puerta de su casa. Un joven avisaba, piso por piso, a todos los vecinos del portal 43-A de la calle Herrera Oria de Cazoña de las densas columnas de humo que manaban del primer nivel del edificio. El lugar donde anoche se inició el fuego que terminó con la vida de Vicente Portilla, un hombre de 66 años y dejó herida a su madre (93 años), con la que vivía, y que se encuentra en estado crítico en el hospital Valdecilla.
«Bajamos todos corriendo a la calle, nos tapamos con lo que pudimos. Nos dijeron que no respiráramos, porque todo estaba lleno de humo y nos podíamos intoxicar. Cuando llegamos a la calle vimos que el piso, que es puerta con puerta de mi casa, estaba negro de humo», relata Adriana. Dos dotaciones de bomberos -14 efectivos en total- llegaron para sofocar el incendio. No fue necesaria la escala, con una simple escalera accedieron al inmueble por una de las ventanas y lograron evacuar a la anciana. Para sacarlo a él tuvieron que derribar la puerta principal; aunque para cuando lo hubieron logrado ya había fallecido por inhalación de humo.
«Al principio tuvimos muchos nervios y fue terrible porque mi marido le escuchaba a ella pedir ayuda y trató de derribar la puerta pero es imposible porque es blindada. La pobre mujer gritaba por una rendija de una ventana, por debajo de la persiana, que estaba casi entera bajada. Apenas le daba para sacar las manos y pedía ayuda, pero no podíamos hacer nada. Decía que se ahogaba», narra la vecina.
Nadie ha logrado dormir en el vecindario. «Estás abajo con el susto y la angustia por lo que le ha pasado a esta gente y también por lo que te podía haber pasado a ti. Porque tuvimos la suerte de que ese chico pasaba por la calle y nos avisó a todos, pero a esa hora todo el mundo está durmiendo y el fuego podía haber llegado a otros pisos», relata. «Todos en el vecindario estamos agotados por la angustia, por el frío que pasamos en la calle y por el miedo de lo que pudo haber sido», afirma Adriana.
Ninguna de las dos víctimas sufrió quemaduras y sí intoxicación por inhalación de humo. Fue la causa de la muerte de él, y también el motivo por el que ella se encuentra hospitalizada en estado crítico, según confirman fuentes policiales. Las mismas que corroboran que todo apunta a que el fuego se origino en la habitación en la que dormía la mujer; aunque aún se desconozca la fuente.
INCENDIO
Bomberos Ayto. Santander (@BombSantander) November 22, 2019
03:26h Dos dotaciones 🚒 y escala (14 bomberos) acuden a la calle Cardenal Herrera Oria de #Santander por incendio en vivienda.
Acuden 🚑 de @061Cantabria que atienden heridos.
Asisten patrullas 🚔 de @policia y #PLSantander pic.twitter.com/M2Vx5GgXKH
Esta mañana de viernes algunos vecinos, curiosos, se acercaban al inmueble para observar de cerca el estado de las cosas. «Él era muy conocido en el barrio, tenía bastantes amigos. Es una pena», resumía una de las mujeres que aprovechó el paseo a la panadería para ver la fachada negra del piso. Fue también por la mañana cuando acudió al piso la división científica de la Policía Nacional. Y horas antes, a las cinco de la madrugada, minutos después de que los bomberos hubieran sofocado el fuego y ventilado la casa, la Policía Judicial efectuaba el levantamiento del cadáver para trasladarlo al Instituto Médico Forense.
SVA y SVB 🚑061 Santander atienden dos personas: 🚺93 que trasladan a urg. @HUnivValdecilla en estado grave y 🚹mediana edad fallecido. D.E.P https://t.co/yEPzhdEf2n
061 Cantabria (@061Cantabria) November 22, 2019
Algunos de los amigos del fallecido tomaban el café esta mañana cabizbajos en el bar 'El Deporte', muy cerca del lugar del suceso. «Era muy buena persona. Vivía desde hacía mucho con su madre y la cuidaba», cuenta Miguel, uno de los íntimos del difunto. «Ayer mismo estuvimos tomando un café con él aquí, en este mismo sitio», recuerda señalando alrededor, en una de las mesas junto a la barra del local. Cuenta que estaba jubilado, que tiempo atrás tuvo un taller mecánico en Pronillo y que después trabajó por cuenta ajena durante unos años. «Se había quedado viudo hace muchos años pero tenía dos hijos que venían a verlo. Y nietos. Él y yo íbamos juntos a todas partes». Se le humedecen los ojos. «En lo que va de año ya he tenido que enterrar a tres amigos».