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El hotel Palacio de Pombo recibe a sus primeros huéspedes
Tras la fallida experiencia de julio, cuando tuvo que cerrar apenas unos días después de abrir al carecer de licencia, alcanza un 60% de ocupación en su primera semana de funcionamiento
El hotel Soho Boutique Palacio de Pombo ha abierto sus puertas ya con todas las licencias en vigor y con un 60% de ocupación en ... su primera semana de funcionamiento, una cifra destacada en unas fechas que ya se encuentran fuera de la temporada alta. Entre sus huéspedes han recibido turismo extranjero –peregrinos del Camino de Santiago– y nacional, sobre todo de Madrid, Extremadura y Valencia.
Su director, Jaime Lanuza, tiene grandes expectativas: «Santander es un destino cada vez más demandado, impulsado por la expansión de su oferta museística con el anillo cultural. Creemos que este hotel será todo un referente para este turismo».
El hotel abrió sus puertas el pasado 1 de julio pero tuvo que cerrar apenas unos días después tras recibir una notificación policial advirtiendo de que carecía de las licencias de primera ocupación y de apertura. Lanuza prefiere pasar página y mirar hacia el futuro: «Fue una pequeña piedra en el camino que nos ha servido para comprobar el gran equipo que formamos, del que me siento muy orgulloso por la respuesta que dieron, capaces de reubicar a todos los huéspedes y ofrecer el mejor trato sin recibir ninguna queja».
El acceso al hotel se hace por la plaza de Pombo y desde ahí se asciende por la escalera imperial, restaurada tal y como era, manteniendo el diseño y los materiales originales del siglo XIX. Una filosofía que se repite en todo el hotel al estar protegido por su valor arquitectónico con la categoría BIC, Bien de Interés Cultural.
El hotel comparte estancias con los socios del Real Club de Regatas (fundado en 1870), como el salón de lectura y el salón de música, que conservan el mobiliario y obras de arte originales cedidas por la histórica entidad. En el hall destacan igualmente las bancadas originales, con los nombres de los regatistas grabados, y en la primera planta está la cafetería, abierta al público, en la que llama la atención una barra original de los años 30. Las instalaciones disponen de 64 habitaciones distribuidas entre la segunda, tercera y cuarta planta del edificio, con categoría cuatro estrellas.
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