El incendio afectó a «alguna bovedilla» y a una vigueta de la estructura de hormigón

«Nos indicó el jefe de bomberos, arquitecto, que alguna bovedilla se ha visto afectada en su parte inferior, así como una vigueta fisurada y con la forja a la vista, que se resolvería mediante informe y dirección técnica reforzando la zona con acero», informa el administrador en una circular enviada a todo el vecindario. A continuación, líneas más adelante, asegura que «se ha encargado la limpieza del garaje mediante manguera, como se hizo en 2007 (cuando hubo un incendio similar), para retirar lo mayor, y de ser posible que el garaje pueda ser reutilizado».

Una aclaración que ha causado indignación entre muchos vecinos, que consideran «peligroso», volver a entrar en un garaje donde no se han resuelto del todo los problemas estructurales. «No tiene sentido que nos dejen entrar hasta que no solucione todo. Tienen que arreglarlo bien para que sea seguro porque no estoy dispuesta a seguir viviendo sobre una bomba de relojería», protesta Gema Rebalán, vecina. «No es de recibo que nos digan que van a limpiar con una manguera y que nos van a dejar entrar. Lo que hay que hacer aquí es precintar este garaje hasta que se arregle», añade con insistencia.

Lo lógico, argumenta Juan Antonio Polanco, catedrático de Ingeniería del Terreno y de los Materiales de la Universidad de Cantabria (UC), es que se realice primero «un estudio patológico del hormigón para comprobar su estado». Es algo que contempla ya la comunidad, que indica en un punto que se ha «encargado el informe estructural de la zona afectada para su refuerzo inmediato».

El experto asegura que para dañar el hormigón tienen que concurrir dos factores:calor y tiempo de exposición. «Lo bueno que sucede con este material, si está bien confeccionado, es que tiene un coeficiente de transmisión de calor muy lento. Le cuesta, digamos, que el calor avance hacia el interior. Por eso, a no ser que el fuego sea muy fuerte y se prolongue durante mucho tiempo, es muy probable que a la vista la parte externa se vea afectada, pero en el interior esté bien».

Polanco asegura que una vez realizado el estudio estructural, que debería contemplar «la obtención de testigos del hormigón para su análisis», lo lógico sería realizar las reparaciones oportunas de las zonas afectadas y que no hubiera afección en la resistencia del conjunto.

Lo que sí pudieron hacer ayer los vecinos, una vez la Policía Nacional dio el visto bueno, fue comenzar a sacar sus vehículos, al menos los que se vieron menos afectados por el fuego. Los operarios de la aseguradora Mapfre fueron los primeros en llegar y en extraer los coches, auténticos contenedores de hollín. Algunos estaban completa mente cubiertos de una gruesa capa de ceniza que los propietarios se afanaban en limpiar a base de calderadas. Para cargar con el resto, los que están, literalmente, derretidos, aún habrá que esperar porque necesitan otro tipo de grúas.

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