«Me levanté y vi la piscina desprendida»

La escena del pasado martes fue llamativa. Se veía, sobre todo, desde la calle Aviador Juan Ignacio Pombo (para ubicarse, por detrás del Mercadona y a un costado del borde del Complejo de La Albericia). Con la piscina caída, lo mismo que parte de los jardines, y un trozo de muro colgando. Itxaso Saiz, la propietaria de la casa de la piscina, cuenta que llamó a la Policía Local, «y a las ocho, cuando entraban los de la obra, se lo dije». A eso de «las nueve o nueve y media» -según relata- se fueron presentando los bomberos, el arquitecto municipal y el aparejador. «Yo me había salido fuera, estaba esperando en la calle porque estábamos asustados».

Sin embargo, tras revisar los edificios les garantizaron que las viviendas no corrían peligro. «Ahora tienen que asegurarlo antes de poder continuar. Todos queremos que aseguren el terreno y, más que dudar respecto a cómo se están haciendo las cosas, lo que queremos es que nos den plazos, que nos expliquen. Que me mantengan informada y que me aseguren con unos plazos cuándo me van a poner el muro. Aunque sean plazos amplios, que me digan cuándo van a estar los muros y cuándo va a estar la piscina».

Saiz habla de cierto temor, en este sentido, al «levantarte en casa un domingo y ver una pala que se acerca después de lo de la piscina».

Desde el Ayuntamiento, por su parte, confirman que la obra tiene todas las licencias y sus correspondientes seguros. Aseguran que se produjo «un deslizamiento» y que el arquitecto municipal acudió para comprobar que las viviendas no estaban afectadas. «Cuestiones de seguridad». «Dijimos a los vecinos -relatan en el Consistorio- que intentaríamos velar porque se recupere la normalidad cuanto antes».

La promotora de la obra en el solar anexo -donde están construyendo doce chalés adosados- insiste en que cuentan con «todas las licencias» y que «en ningún momento se han visto afectadas las viviendas, que cuentan con una perfecta cimentación». Confirman que se derrumbaron «los jardines y el muro de contención de tierras». Gonzalo Castañeda, de Virgo Clemens (el nombre de la promotora), afirma que su prioridad «es reponerlo todo». «Asegurar cuanto antes las condiciones de seguridad y reponer lo que se ha derruido a su estado original, con plazos próximos en el tiempo». En ese sentido quiere destacar la celeridad con que la constructora «ha puesto los medios» para tratar de solucionar el asunto. «No somos unos locos». Dice, de hecho, que se ha trabajado durante todo el fin de semana «y el plan -el que les solicitó el arquitecto municipal- se presentó al día siguiente».

Además, confirma que «los seguros ya tienen a sus peritos trabajando» para tratar de determinar las causas de lo sucedido en un talud «que se había hecho conforme a todos los requisitos y ordenanzas del Código Técnico de la Edificación». Saber por qué se cayó ese muro. «Valoramos además la actitud de los vecinos y no queremos ningún enfrentamiento».