El nuevo espacio cultural Faro Santander abrirá sus puertas en junio de 2026
Los trabajos en el histórico edificio del Paseo de Pereda, que han cumplido cuatro años desde la primera piedra, concluirán a mediados de enero
El proyecto Faro Santander, cuyas señas de identidad oficiales subrayan su dedicación al arte y la tecnología, con un fuerte enfoque educativo, medioambiental y ... social, será una realidad en junio de 2026, fecha que se ha fijado el Banco Santander. El histórico edificio del Paseo de Pereda, una las construcciones más emblemáticas de la ciudad, abrirá entonces sus puertas con dos atractivos fundamentales destinados al ciudadano: por un lado, su propuesta cultural de carácter museístico vertebrada por su Colección; por otro, el acceso a una diferenciada oferta expositiva, cultural, tecnológica y de ocio que se extenderá a lo largo de cinco plantas, coronadas por una sexta a modo de terraza mirador.
El proyecto, que lleva la firma del arquitecto británico David Chipperfield, Premio Pritzker, conocido entre otras, por su intervención en la Isla de los Museos de Berlín y la ampliación de la Royal Academy de Londres, ha entrado en su cuenta atrás. Los trabajos, que han supuesto una compleja y, en muchos casos pionera, operación técnica y estructural, con decisiones y búsqueda de soluciones en el propio proceso de obra, concluirá a mediados de enero, según la hoja de ruta definitiva del proyecto. A partir de esa fecha, se estima que durante el primer semestre de 2026 se aborde principalmente la labor museística y expositiva destinada a las salas dedicadas a las muestras permanente y temporales, objetivo primordial del proyecto. Las dotaciones de mobiliario y la puesta a punto y funcionamiento de todo el entramado completarán la planificación estimada. A ello hay que añadir que, en paralelo, se adecúen ad hoc los permisos pertinentes.
Tras la transformación del antiguo inmueble del Banco Santander -a excepción de las fachadas, que quedaron exentas-, el nuevo edificio ha requerido de una obra compleja, que ha configurado en realidad una estructura de nueve plantas, ya que cuenta con tres de sótanos, en los cuales se ubicará un auditorio polivalente y multiusos.
El pasado mes de mayo se cumplieron cuatro años desde que fuera colocada la primera piedra. Las obras vivieron una primera fase, cerca de dos años, ralentizada por los problemas de cimentación que siguieron a la estabilización de las fachadas y al complejo técnico de instalaciones -en algunos casos único en el mundo- que ha supuesto la nueva construcción, dada su función específica y esencial como futuro espacio para el arte.
Los trabajos en el edificio, al que ha tenido acceso El Diario Montañés, reflejan ya el último proceso con labores centradas en los acabados y detalles en muchas dependencias, o la instalación de los suelos en algunas de las plantas. Entre las singularidades de Faro Santander destaca la escalera helicoidal de hormigón, fruto de un intrincado proceso, que comunicará el acceso del vestíbulo principal a la primera planta, a modo de eje principal de recepción de visitantes. Hace apenas un mes, tras una laboriosa operación, se ubicó una plataforma ya visible en el centro de la terraza mirador del edificio, además del regreso a su ubicación original de las cuatro estatuas, ya restauradas, del antiguo inmueble. Configurada por una doble altura, albergará una cafetería y restaurante, más una pequeña área de uso polivalente. La terraza, que quedará abierta al público, permitirá ser el gran mirador de Santander con unas vistas panorámicas de 360 grados a la ciudad y la bahía.
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Otra singularidad es que Faro Santander incluirá en la planta baja y la tercera un doble espacio de recreación digital y de representación física o material de lo que fue la histórica edificación. El emblemático arco, que será acristalado en las próximas semanas, revela ya su entramado de comunicación entre el lado oeste y este de la construcción, además de pequeño mirador con vistas a uno y otro lado de la ciudad. Cabe recordar que la antigua sede del Banco Santander data de finales del siglo XVIII, aunque la entidad adquirió el edificio en 1919 cuando era hotel y club de regatas. La ampliación se inició en 1958. Se adquirieron los números 9 y 10 del Paseo de Pereda y se construyó un edificio gemelo. Para unir ambas partes se diseñó el arco monumental. Un sello especial que mostrará Faro Santander tras su plasmación definitiva y que responde al desafío de generar, desde que el visitante accede al edificio, espacios diferenciales en ambiente, uso y dimensión descubiertos a medida que se recorren sus diversas plantas.
Una muestra permanente rotatoria y tres exposiciones temporales
El proyecto Faro Santander tiene el epicentro en su vocación de museo. Y el contenido de esta iniciativa está configurado por los fondos de arte del Banco Santander, una Colección ingente formada a lo largo de más de 160 años por las diversas entidades financieras que se han ido integrando en lo que hoy constituye el grupo. Sus fondos abarcan un amplio periodo histórico que se extiende desde el siglo II a.C. hasta nuestros días. El núcleo principal de la Colección está compuesto por pintura, aunque también cuenta con exponentes de escultura, artes decorativas y una completa colección numismática que ofrece un singular recorrido por la historia de España.
Hasta el presente ha tenido como sede la Sala de Arte Santander de la Ciudad Financiera de Boadilla del Monte, en Madrid. Y tras la apertura del edificio del inmueble del Paseo de Pereda, Faro Santander exhibirá en su quinta planta, estructurada, como todo el inmueble, en dos grandes superficies simétricas de 1.500 metros cuadrados, en este caso diáfanas, la exposición permanente de una selección rotatoria de sus fondos. Otras tres plantas del proyecto estarán destinadas a muestras temporales, aunque según la condición del proyecto pueden dedicarse a una conjunta.
El último Catálogo de la Colección Banco Santander, editado en 2016 y revisado el pasado año, refiere los 140 artistas más importantes de la misma y una selección de 532 pinturas, esculturas, dibujos y tapices del fondo que supera el millar de obras. Su recorrido único, que conserva, gestiona y difunde la colección, es una de las más completas del país.
La pintura es el eje principal, especialmente la española desde finales de la Edad Media. No obstante, atesora asimismo destacados ejemplos del arte flamenco, holandés, italiano y francés de los siglos XVI y XVII. En cuanto a la escultura destacan piezas de los siglos XVII y XVIII. Entre los maestros representados cabe mencionar desde El Greco, Rubens y Zurbarán hasta Picasso, Miró, Chillida, Barceló... En Madrid se mostraba en salas específicas el conjunto del Waldorf Astoria de Josep María Sert y la joya de la corona, la colección de obras de José Gutiérrez Solana.
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