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«No he pasado miedo, sólo he pensado en protegerme los ojos por las ramas»
El parapentista que ayer estuvo una hora colgado en un eucalipto en Mataleñas fue rescatado ileso
«No he pasado miedo, sólo he pensado en protegerme los ojos por las ramas», explicaba ayer el parapentista José Gregorio Bezanilla, vecino de ... Monte, que acabó su vuelo de una tarde de verano aparentemente tranquila en cuanto al viento y soleada, colgado de la rama de un eucalipto en la zona de Mataleñas, junto al paseo de acceso a las escaleras que bajan a la playa. Afortunadamente, una hora después, el deportista, de 66 años, estaba en tierra firme plegando los 25 metros cuadrados de vela, totalmente ileso y sin heridas.
El suceso ocurrió ayer sobre las cinco y media de la tarde. «Me salí de la una ráfaga de viento favorable y se puso mal la cosa», explicó este santanderino que reside en Bruselas. «Llevo volando 40 años y durante el verano lo hago en este acantilado casi a diario», explicó el hombre. A pesar de su sobrada experiencia, no pudo evitar que una ráfaga de viento le llevara contra unos árboles y quedara atrapado por las ramas de un eucalipto a diez metros del suelo.
Una llamada al Servicio de Emergencias 112 movilizó hasta el lugar a un camión autoescala de los Bomberos de Santander con ocho efectivos y un coche de la Policía Local de Santander que iniciaron las labores de rescate. Los bomberos se aproximaron con la autoescala cerca del hombre y con ayuda de unas cuerdas y poleas lograron soltarle y bajarle a tierra.
«Me salí de la ráfaga de viento y he acabado mal. Siento haber generado este lío»
Durante el operativo la Policía Local cortó al tráfico rodado en un tramo de la Avenida del Faro durante 30 minutos, lo que dejó atrapados durante un buen rato a un autobús turístico con los viajeros dentro y otro del TUS de la línea regular. Los turismos particulares pudieron dar la vuelta.
La insólita imagen del parapentista colgado de una rama en hora punta de salida de la playa hizo que los numerosos bañistas y usuarios del arenal de Mataleñas parasen, curiosos, a observar el suceso y fotografiar el rescate. Una vez en tierra firme, el deportista lamentó lo ocurrido: «Siento haber generado todo este lío», señaló el hombre. «Lamento mucho la mala imagen que esto pueda causar a nuestro deporte y a los amigos del parapente».
El deportista, visiblemente avergonzado por ser centro de miradas durante una hora, explicó que considera que el accidente «ha sido mala suerte, ya que se podría haber evitado, pero las ráfagas del viento son como las olas del mar, y si te sales de una... como me ha pasado a mí, pues mal». Una vez tuvo el parapente recogido y la Policía tomó nota de sus datos, el deportista se fue por su propio pie, no sin antes justificar que «la ladera de Mataleñas es nordeste y el viento ha creado una ola eólica, pero no ha sido arriesgado al no aterrizar en la zona de acantilado».
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