El Plan General de Santander no condicionará el futuro urbanístico de la finca de los franciscanos
La parcela en la que se ubica la iglesia de Perines puede acoger desde viviendas a un hotel o un centro comercial, con la altura como único límite
Mucho antes de que los padres franciscanos clausuren su iglesia de Perines, anunciado para el próximo junio, están abiertos numerosos interrogantes sobre el ... futuro del templo que acoge la parroquia de Santa María de los Ángeles. En el barrio corren periódicamente rumores de toda clase sobre el destino del edificio que la Orden no se preocupa de atajar. A día de hoy, los monjes dicen desconocer qué decisiones de futuro se van a tomar tanto sobre el inmueble como sobre la parcela y que éstas no se conocerán hasta dentro de unos meses. «Tenemos un capítulo provincial en abril del año que viene y quizá ese sea el momento», señaló un portavoz de la congregación de Santander.
Urbanísticamente, los propietarios de la iglesia podrían destinar la parcela en que se ubica a cualquier uso. Porque el recinto está calificado en el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1997 -actualmente vigente- como 'manzana alineada tradicional', lo que quiere decir que el espacio con que cuenta, una superficie de casi 1.500 metros cuadrados, no supone grandes trabas. Es decir, el Plan General permite construir lo mismo viviendas que un hotel, con el único límite de la altura ya establecida por los edificios que circundan el templo, una medida que no se puede sobrepasar. Como referencia: algunos de los bloques de pisos de alrededor tanto en San Fernando como en Perines cuentan con hasta ocho alturas más el entresuelo.
Pero los franciscanos sí tienen derecho a reclamar, al menos, una planta de excavación para parking, según señalaron desde el Ayuntamiento de Santander a preguntas de este periódico. «La iglesia es una zona de densidad totalmente consolidada, lo que significa que los propietarios tienen mucho margen y que no tendrán complicaciones para desarrollar el proyecto que quieran».
Los franciscanos guardan silencio sobre el futuro de la finca, cuyo destino no se decidirá hasta dentro de unos meses
Inclusive podrían dedicar parte de la superficie a centro comercial, si bien este es el único caso en que pueden encontrarse con restricciones, ya que solo puede destinarse a este fin un porcentaje del total de la volumetría.
Un adiós esperado
En cualquiera de los supuestos, el cierre de la parroquia implica un detalle importante: tiene que ser desacralizada antes de pensar en actuar en el espacio que ocupa.
El adiós de los franciscanos del centro de la ciudad, en el que llevan siete siglos y medio, era esperado por todo el entorno, que lleva meses y meses elucubrando cuánto tiempo más aguantaría abierta Santa María de los Ángeles, ya que en los últimos años han visto cómo no dejaba de descender el número de frailes que la mantienen. Actualmente, viven en Santander cinco religiosos, pero solo tres colaboran para sacar adelante la actividad pastoral en el lugar. Justo éste es el motivo de la marcha de la orden de Santander: la falta de relevo generacional. Actualmente, no se encuentran jóvenes dispuestos a sustituir a los padres que se van retirando.
En Cantabria, esta parroquia santanderina no es la única afectada por la decisión de la orden. También en Camaleño, en la comarca de Liébana, están muy pendientes de lo que pueda pasar en el horizonte de unos meses. Ante la incertidumbre, los franciscanos han garantizado que el monasterio de Santo Toribio, regido por ellos, mantendrá su actividad igual que hasta ahora.
Y esta «reordenación» no es exclusiva de Cantabria. En los últimos meses se han cerrado conventos o iglesias en Guipúzcoa o Alicante, entre otros. Y si uno echa la vista algo más atrás -en los últimos años- en las hemerotecas hay noticias similares en este sentido en Mallorca, Murcia, Valencia... Se habla de una «reorganización de provincias, uniendo algunas».
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