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La playa La Fenómeno, más crecida que nunca
El arenal que tradicionalmente aparecía y desaparecía con las mareas se ha hecho fuerte este verano por efecto del único dique construido
Mayores y no tanto discutirán: que no, que La Fenómeno no es una playa nueva en Santander. Pero con la dimensión que ha adquirido en ... la actualidad no serán tantos los que la recuerden. a Fenómeno ha sido siempre una rareza y, no, no toma su nombre del hecho de que aparece y desaparece con las mareas. Lo ha explicado en más de una ocasión el Cronista Oficial de Santander, Benito Madariaga, quien cuenta que La Fenómeno «era una pobre mujer con una huertuca» en la ciudad de hace décadas. «Cuando nos íbamos a bañar a Los Peligros los críos la insultaban porque decían que tenía seis dedos».
Y, así, con ese apelativo de andar por casa se quedó el regato de arena que casi nunca ha llegado a playa que se forma casi al final del Promontorio de San Martín, entre el Museo Marítimo y el arenal de Los Peligros, que llevaba muchos años consolidado. Hasta ahora, si uno quería anidar en ella por unas horas por alejarse de la cantidad de infantes que suelen poblar la playa vecina, tenía que comprobar antes cómo estaría de crecido el mar.
Pero este verano, ese paso ya se ha hecho innecesario: la playa ha crecido a lo largo y a lo ancho. Se ha multiplicado, porque el sistema sigue funcionando como siempre, restando arena a La Magdalena y llevándola hacia el ángulo de La Fenómeno. Precisamente el objetivo de construir dos diques para equilibrar el conjunto de playas en la zona (Los Peligros, La Magdalena y Bikini) era evitar que la arena que araña de todas ellas acabara acumulada en esa esquina de la que, por cierto, sacaba Costas todos estos años atrás los materiales para volver a rellenar los otros arenales. Este año no se ha realizado esa operación, lo que también influye en la dimensión que ha adquirido la playuca.
El Ministerio tomará una decisión en septiembre: si construye el segundo dique, La Fenómeno volverá a desaparecer
Los expertos del Instituto de Hidráulica de Cantabria ya habían advertido de que se produciría una acumulación extra en este punto y que un solo espigón «no frenará la pérdida de arena, ya que en solitario no tendrá el efecto que se esperaba». De hecho, la nueva playa se ha formado como en una especie de montículo, con caída hacia el mar.
El segundo dique, si la obra se hubiera concluido como estaba previsto, tendría que haber ido justo un poco delante de La Fenómeno, en el extremo de cierre de Los Peligros. Este segundo elemento, que no era tan agresivo visualmente como el primero porque iba sumergido, tenía la función de frenar la acumulación de arena justo ahí. Era un espigón compuesto por dos cuerpos. Uno iba a ser exterior e inicialmente seguiría la alineación del muelle del promontorio. El segundo iría perpendicular a la dirección del oleaje y su función hubiera sido «contener lateralmente» Los Peligros. Esta parte no se vería, iría bajo el mar. Costas también tenía previsto rellenar una zona entre La Magdalena y La Fenómeno para obtener una superficie de tierra adicional de 2.450 metros cuadrados que se habilitaría como zona verde. Se podrían utilizar como solarium porque se instalarían unas gradas.
Ahora todo ese plan está a la espera de una decisión del Ministerio para la Transición Ecológica, que avanzó que decidirá en septiembre. La Administración estatal tendrá que optar entre terminar la obra y, por lo tanto, acabar con La Fenómeno tal como está a día de hoy, o retirar el espigón de La Magdalena. Porque, ya avisó hace semanas, dejar las playas como están ahora no es una opción.
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