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Santander pone en marcha un plan para dar vida a las boleras y recuperar las que no se usan
Santander ·
La Concejalía de Deportes quiere también dar protagonismo a esta actividad en los centros educativos para promover su práctica entre los niñosSi hay un deporte que identifica a Cantabria, son los bolos. Esta actividad aúna ocio, cultura y tradición. Sin embargo, cada vez son menos y ... más mayores quienes lo practican. En Santander quedan actualmente 34 boleras y desaparecen con vertiginosa rapidez. Ahora, desde el Ayuntamiento y con el apoyo de la Federación Cántabra de Bolos, se han propuesto revertir la situación. No es una tarea sencilla porque la afición a este deporte se concentra en rangos de edad elevados y su práctica no es habitual entre los más jóvenes. Por eso, parte del trabajo se centrará en potenciar su actividad en los centros educativos.
En el Pleno de marzo salió adelante por unanimidad una moción de UxS que pedía dinamizar estos espacios y desde la Consejería de Deportes, liderada por Felipe Pérez Manso (Cs), ya se está avanzando en ello. Esta semana, se reunieron con el presidente de la Federación Cántabra, Norberto Ortiz, para sentar las bases de este plan y ya tienen previsto un nuevo encuentro para los próximos días. Las cifras, considera Pérez Manso, no son tan alarmantes como se podría pensar. De las 34 boleras existentes, 25 están en funcionamiento y se utilizan a menudo por peñas bolísticas y aficionados. De las nueve restantes, seis son recuperables y el Consistorio tiene previsto rehabilitar varias. De las tres abandonadas, una corresponde con el microespacio que se convertirá en una zona multideportiva que respetará la bolera.
Para potenciar los bolos es fundamental contar con buenas instalaciones donde practicarlo. Por eso, desde el Ayuntamiento tienen la vista puesta en aquellas boleras que, aunque no están en mal estado, tienen claros signos de desuso y necesitan una puesta a punto. Algunas, además, fueron de las más importantes del municipio, como La Española, en Monte, y La Carmencita, entre la calle Vargas y la calle Alta. Esta última ya contó con un proyecto de rehabilitación de 700.000 euros que no llegó a arrancar. Pérez Manso matiza que, aunque se va a arreglar (actualmente la usa la peña del mismo nombre), las intervenciones previstas no serán tan ambiciosas como ese proyecto porque la situación actual de pandemia pone otras prioridades encima de la mesa. De todos modos, no descarta que pueda hacerse en el futuro «si la bolera atrae a cientos de jugadores como hizo años atrás». En sus gradas, La Carmencita albergó a más de 2.000 espectadores en los años de máximo apogeo de este deporte.
La intención es potenciar el deporte vernáculo entre niños y entre aficionados que ahora no tienen acceso
No sólo se van a arreglar las boleras en desuso. Desde Deportes explican que algunas de las que están operativas también necesitan una renovación que se llevará a cabo también dentro de este plan de dinamización. Es el caso, por ejemplo, de la de Quinta Porrúa, que ha recuperado la actividad recientemente. «Ha estado abandonada pero empieza a tener uso. Estamos pendientes de realizar alguna mejora en las próximas fechas», afirma el edil. Otro caso es la de Camarreal, que ha sufrido inundaciones durante los últimos temporales y en la que se está trabajando actualmente para repararla. A otras tantas, como la Marcelino Ortiz Tercilla o la Mateo Grijuela, se les ha colocado recientemente luces LED para poder prolongar sus horas de uso.
Dos líneas de trabajo
Además de rehabilitar boleras, el plan de dinamización contará con dos líneas principales de trabajo, que consistirán en potenciar el deporte vernáculo entre los niños y facilitar el acceso a esta actividad entre los aficionados. Como explica Pérez Manso, la intención es que los bolos formen parte de la programación de la asignatura de Educación Física en colegios e institutos. Aunque los temarios de los centros educativos se impulsan desde la Consejería de Educación del Gobierno de Cantabria, el concejal apunta que desde el Consistorio se facilitaría material para el desarrollo de la actividad. Para los primeros cursos, ofrecerían bolos y bolas de un material ligero que permita a los niños aprender los movimientos y las técnicas sin hacerse daño. En los años posteriores, la idea es que puedan desplazarse a boleras cercanas y practicar allí en horario escolar, momento del día en el que suelen estar vacías. Con la colaboración de la Federación, también se quieren impulsar extraescolares y Ortiz expone su intención de formar a monitores titulados que puedan dar clases en las boleras que actualmente no se están usando, ya que las que están operativas cuentan con peñas y clubs que ya forman a los nuevos interesados.
La otra línea de trabajo consiste en potenciar los bolos entre la población general y sumar aficionados. Así, Pérez Manso explica que están buscando la manera de facilitar el acceso a este deporte poniendo a disposición de cualquiera el material necesario para realizar la actividad. Aún están pensando de qué manera hacerlo, ya que no es asumible por parte de la Concejalía destinar funcionarios a todas las boleras. Una de las opciones que barajan junto a la Federación es apoyarse en las peñas y los clubes para que, a través de un teléfono de contacto, se pueda solicitar el material y recogerlo cerca de las boleras. También se quieren recuperar las competiciones y ligas por barrios.
Norberto Ortiz lleva dos meses al frente de la Federación Cántabra y se muestra satisfecho con la implicación tanto del Ayuntamiento de Santander como del Gobierno regional. «Queremos que el deporte autóctono sea una forma de dinamizar Cantabria en lo económico y lo social, que las boleras sean un punto de encuentro», señala.
Considera que llevar los bolos «a lo más alto», como hace años, es una tarea a medio plazo y que es fundamental que se potencie su práctica entre los niños. «En las boleras aprenderán el deporte, adquirirán hábitos, conocerán gente...». Es una actividad, añade, «que no tiene mucho coste» pero «sí muchos beneficios» para quien lo practica.
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