«Los santanderinos no permitiremos que ningún niño se sin su regalo»
Los cofrades de la archicofradía de La Pasión reparten entre los niños más necesitados los cientos de juguetes recopilados a lo largo de diciembre
La ilusión de la llegada de los Reyes Magos se desborda entre los cofrades de la archicofradía más antigua de Santander (fundada en 1903), la de La Pasión. Llevan todo el mes de diciembre recopilando juguetes «para que ningún niño se quede sin su regalo», explicó su presidente, Ángel González. Hoy, hasta las diez de la noche, estarán en su sede, en la parroquia de Santa Gema (situada en la calle Nicolás Salmerón, esquina calle Castilla) recogiendo y distribuyendo el material.
Todo empezó el año pasado. «El anterior, algunos niños del barrio Castilla-Hermida se quedaron su regalo de Reyes. Decidimos que eso no se podía volver a repetir, así que pusimos en marcha esta campaña», apuntó Gonzaléz. En 2021 repartieron más de mil juguetes, donados por particulares, pequeños comerciantes, asociaciones de vecinos e instituciones públicas y privadas. Este año, el éxito ha sido «incluso superior''. Los santanderinos no permitiremos que ningún niño se quede sin su regalo''.
A medida que crece la necesidad, aumenta la generosidad y solidaridad de los santanderinos«, afirmó el presidente de La Pasión.
Agregó que «este año, hemos notado un incremento de las necesidades. Tenemos a más de 100 familias a quienes atendemos en estas fechas. En total habrá unos 150 niños». Pero la ayuda no se reduce a la Navidad. A lo largo de todo, la archicofradía ayuda a numerosas familias, aportando comida, ropa y material escolar. Además, durante las noches, reparte comida y bebida caliente a las personas que viven en la calle y colabora de manera estrecha con Cáritas.
Entre ellos están las pequeñas que acogen en su residencia las hermanas de las Operarias Misioneras de Cazoña, niños de barrios como Peñacastillo, las familias de la parroquia ortodoxa-rumana de Santander, los pequeños enfermos de la planta de Oncología de Valdecilla o pueblos cercanos, como El Astillero y Camargo.
El trabajo es duro «pero la satisfacción puede con todo. Hay familias que esta pandemia no les está dejando levantar cabeza y tenemos que ayudarlas entre todos», concluyó.