Seis de los diez puntos analizados para la Zona de Bajas Emisiones superan el nivel de contaminación
El Ayuntamiento dice que Santander no tiene un problema en ese aspecto, aunque reconoce momentos «excepcionales»
Durante la presentación esta semana de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE) de Santander, que solo afectará a coches de más de veinte años en ... una pequeña área del centro de la ciudad (El Ensanche), la alcaldesa, Gema Igual, también se refirió a otros puntos de la capital que necesitan «especial atención» en cuanto a la contaminación: las calles Castilla, Marqués de la Hermida y Alta, así como el entorno del Hospital Valdecilla. Unos puntos donde las medidas se limitarán a calmar el tráfico y que se quedan fuera de la norma a pesar de que superan los niveles de polución, según recoge el informe que define la ZBE. «En el cómputo general de calidad del aire, se ven incumplimientos en seis de los diez puntos en algunos de los contaminantes analizados: Santa Lucía, Salesianos, Marqués de la Hermida, Valdecilla, calle Alta y plaza de Las Estaciones», se puede leer en el documento elaborado a partir de los diez sensores que se instalaron por la ciudad. Igual matizó el pasado lunes que esta situación se debe a que, en horas punta y «momentos excepcionales», hay mucho tráfico de vehículos que, por momentos, «hace que haya una mayor contaminación». Aunque quiso dejar claro que esto no significa que Santander, en general, tenga un problema en este aspecto. Y descarta ampliar la norma, que afectará a 23.386 vehículos del parque móvil, a más puntos de la ciudad. Al menos por el momento.
Pero, ¿qué proceso se ha seguido hasta llegar a este informe? Con el objetivo de conocer la calidad del aire y así poder determinar el ámbito de la ZBE, se instalaron diez sensores en diciembre de 2023 en los siguientes puntos: calle Marqués de la Hermida; calle Alta; plaza Numancia; colegio Salesianos (General Dávila); Paseo de Pereda, en su intersección con la calle Lope de Vega; Avenida de Valdecilla, frente al acceso norte al hospital; cruce de la calle Guevara con la Cuesta de la Atalaya; plaza de Las Estaciones; plaza del Ayuntamiento; y calle Santa Lucía. Así, se consideraron válidas las mediciones hechas a partir del 1 de septiembre de 2024, contemplando los registros hasta el 31 de mayo de ese mismo año. Durante ese periodo transcurrieron 273 días, «suficientes como para concluir cuáles son los contaminantes que más afectan a Santander».
El análisis comenzó con el estudio de los seis contaminantes que miden las estaciones instaladas: dióxido de nitrógeno (NO2), monóxido de carbono (CO), dióxido de azufre (SO2), micropartículas PM10, micropartículas PM2.5 y ozono (O3). Y se hizo atendiendo a los diferentes indicadores horarios. Con esta idea, una de las principales conclusiones que se extrae del estudio es que, con los datos disponibles, cabe concluir, «sin ningún tipo de dudas», que una parte importante de la contaminación se debe «al tráfico rodado». Sobre todo, teniendo en cuenta que, por lo general, los generadores principales en los entornos urbanos de los diferentes contaminantes analizados son el dióxido de nitrógeno (NO2) -automóviles de motor de combustión interna, especialmente diésel; micropartículas PM2.5 -tráfico rodado, tanto por sus motores de combustión como por el desgaste de sus neumáticos; y micropartículas PM10 -automóviles diésel-. «En materia de calidad del aire, la ciudad presenta valores que en algunos casos incumplen con la normativa vigente en España -Boletín Oficial del Estado (BOE)-. Además, a nivel general, se incumplen las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que son el objetivo último de la implantación de una ZBE». Y se incumplen con más frecuencia, porque también son más restrictivos. Estos datos y conclusiones, extraídos del proyecto elaborado por el Ayuntamiento de Santander, se reflejan en el informe en varias tablas -adjuntadas en esta información-.
Hay más. Y es que esta contaminación viene dada, «en buena medida», porque el parque móvil de Santander es más contaminante que el promedio español. Además, hay 581 vehículos por cada 1.000 habitantes, por encima de los 544 que había de media en España en 2023. De hecho, se puede leer: «Los niveles de contaminación de aire medidos en cualquiera de los entornos periféricos, si bien pueden ser más altos que en la zona más céntrica, no son por el momento comparativamente tan superiores como para que se anulen los argumentos expuestos para buscar una reducción drástica de la contaminación en dichos puntos concretos». Y por eso, el informe defiende la ZBE en el centro: «Tratándose de una zona céntrica de la ciudad que atrae muchos viajes desde otros entornos, se busca un mayor impacto en cuanto a que queda abarcada una mayor cantidad de viajes mediante un perímetro relativamente pequeño».
Este análisis, de algo más de cien páginas, también hace referencia al parque móvil de Santander -88.552 turismos- y a su etiquetado ambiental. Según datos de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) de 2024, la capital cántabra cuenta con un 28,16% de vehículos sin etiquetado ambiental. Un 29,59% cuenta con etiqueta B, un 35,26% con etiqueta C, un 5,80% con etiqueta ECO y el 1,19% restante con etiqueta 0. «Si se compara con el conjunto de España, el parque móvil en Santander es ligeramente más contaminante si atendemos a su etiquetado», concluye.
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