El transporte público cumple con la obligación de la mascarilla: ¿y la distancia?
Cantabria ·
La fase 0 de desescalada impide acceder a los vehículos sin protección, aunque no en todos los trayectos se mantuvo la ocupación del 50%Sin mascarilla no hay viaje. El uso de este elemento sanitario ya es obligatorio para aquellos que se desplazan en transporte público. Esta medida, que entró en vigor ayer, pertenece a la fase 0 de la desescalada y fue acogida de buena gana por los usuarios, que la consideran «imprescindible» para detener el avance del coronavirus en espacios cerrados. A esta norma se une la de mantener el aforo de los autobuses y trenes al 50% de su capacidad, algo que no se cumplió en todos los trayectos. Las líneas más transitadas del Transporte Urbano de Santander (TUS) tuvieron, en las horas punta del día, más ocupación de la establecida y los usuarios no podían evitar colocarse a escasos centímetros los unos de los otros. Algo que no ocurrió en los trenes, donde los vagones iban prácticamente vacíos.
Para asegurar que todos los usuarios cumplan con la obligación, el Gobierno central reparte estos días, a través de voluntarios de Cruz Roja y Protección Civil, 74.000 mascarillas en las principales estaciones de la región y en las paradas más frecuentadas. Aunque en algunos núcleos no fueron este lunes muy madrugadores. Según expuso en redes sociales el concejal de Movilidad de Santander, César Díaz, a las ocho y media de la mañana todavía no había comenzado el reparto, a lo que la delegada de Gobierno, Ainoa Quiñones, le respondió que el Gobierno central había entregado 25.500 mascarillas al Consistorio y le lanzó una pregunta: «¿Cuántas ha repartido el Ayuntamiento entre los vecinos?».
Son las 8:30.
César Díaz Maza (@cdiazmaza) May 4, 2020
Hace casi dos horas que los autobuses del #TUS están en servicio.
El uso de mascarillas es obligatorio según ordenó ayer @mitmagob.
Seguimos sin tener las mascarillas que debe entregarnos @DelGobCantabria para repartir entre los usuarios.
Otros Aytos sí las tienen. https://t.co/LMInrP0pBo pic.twitter.com/tEDLHjpgkU
Al Ayuntamiento se le han entregado hoy 25.500 mascarillas, más las que han repartido @proteccioncivil y @CRECantabria en transporte público. Mascarillas para los santanderinos gracias al Gobierno de #España. Ahora bien, ¿cuántas ha repartido el Ayuntamiento entre los vecinos?
Ainoa Quiñones (@Ainoaqui) May 4, 2020
Precisamente desde la lealtad, llevamos desde ayer poniéndonos a disposición de la @DelGobCantabria para recoger y repartir las mascarillas desde primera hora. Resultado: sin respuesta hasta media mañana. Así no, Ainoa. La lealtad hay que predicarla y practicarla.
César Díaz Maza (@cdiazmaza) May 4, 2020
La norma al pie de la letra. Todos los pasajeros que esperaban al autobús en las marquesinas de Santander iban protegidos con mascarillas de todo tipo: quirúrgicas, higiénicas y FFP2. El problema se presentaba al dejar la parada y entrar en el autobús. Aunque muchas líneas cumplían con las indicaciones y no superaban el 50% del aforo, las más concurridas se saturaron más de lo permitido en las horas punta.
«Me parece fundamental llevar mascarilla en el autobús. Además, siempre tengo mucho cuidado de no acercarme a nadie»
María del Mar García | Pasajera de autobús
«No había visto tanta gente dentro desde hacía meses, y eso que lo cojo todos los días», aseguró José María Martínez, que tomó la línea 2 en torno a las 10.30 horas de la mañana. «Es imposible mantener la distancia», lamentó otra pasajera mientras señalaba a dos personas que se habían colocado en asientos contiguos. Aunque prácticamente todos los que subían al transporte público contaban con mascarillas, algún despistado intentó acceder sin ella. «¿Quién dice que es obligatoria?», preguntó un joven cuando el conductor le indicó que no podía pasar sin llevar una puesta.
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«Una medida necesaria». Todos los pasajeros coincidieron en la necesidad de utilizar mascarilla en el transporte público. «Me parece fundamental, en el autobús que he venido sólo había tres personas así que sin problema», aseguró María del Mar García, vecina de Marqués de la Hermida que se apeó en Jesús de Monasterio para realizar gestiones en el banco. «Tengo muchísimo cuidado de no acercarme a nadie y es la primera vez que vengo desde que empezó la pandemia».
«No había visto tantos pasajeros dentro del autobús desde hace varios meses, y eso que lo cojo casi todos los días»
José María Martínez | Pasajero de autobús
A su lado -pero a más de un metro y medio de distancia-, María Da Silva se mostró de acuerdo. «Creo que es una buena idea para prevenir. Cuando entro al autobús me la pongo y cuando salgo me la retiro un rato. Por lo general, no van muy llenos». Carmela Sebastián volvía a Cueto en autobús tras hacer unos recados en el centro: «Creo que no tenemos que confiarnos demasiado todavía, sobre todo los de 70 años para arriba. La gente, en general, respeta la distancia».
Mejor en el tren
Pero para algunos, sobre todo aquellos que dependen diariamente del transporte público, el tren es la mejor opción. Por su número de plazas, es más difícil que se sature y supere el 50% de la ocupación. «Si todo el mundo fuera con mascarilla, los contagios se reducirían un montón», apuntó Jana Fernández. «Yo haría que fueran obligatorias en todos los sitios, pero entiendo que es imposible para los niños o personas con problemas respiratorios».
«Me desplazo en tren porque va más vacío. En el autobús es imposible viajar a más de dos metros de otro pasajero»
Jana Fernández | Pasajera de tren
Habitual de los autobuses, se cambió al tren cuando se decretó el estado de alarma. «Vengo en FEVE porque va más vacío, me desplazo a diario por trabajo y en el autobús es imposible viajar a menos de dos metros de otro pasajero. El tren es más amplio y apenas tiene gente».